Más allá de la pandemia, la corrupción o la invasión de Rusia en Ucrania, lo que puede llevar al país a una nueva catástrofe es la alarmante polarización entre las autoridades y los ciudadanos.
Ocurrió en 1982 al final del gobierno populista de José López Portillo y los sectores productivos, la fuga de capitales y la posterior nacionalización de la banca provocaron una crisis que tardó dos sexenios en superarse.
En 1994 la vivimos de nueva cuenta, la soberbia del régimen de Carlos Salinas dio rienda suelta a una crisis política y económica de dimensiones mayúsculas.
La economía se restableció al paso de los años, pero la crisis social y política generó una violencia crónica que todavía no se ha podido resolver.
En el 2008 estuvimos cerca de otra catástrofe ante una crisis económica internacional de enormes proporciones, pero fue salvada gracias a que al interior de México se actuó con mesura y diligencia.
Hoy estamos a la mitad de un sexenio muy complicado en varios renglones: nulo crecimiento económico, inseguridad galopante, daños por la pandemia, inversión a la baja, alta inflación, corrupción, mayor índice de pobreza, etcétera, etcétera.
A todo esto, hay que añadir la confrontación diaria e intensa que se gesta todos los días desde Palacio Nacional y que a su vez es respondida con fuerza por los partidos de oposición, sectores productivos y medios de comunicación.
En las últimas semanas los ataques del presidente López Obrador en contra de medios de comunicación se han intensificado a niveles pocas veces vistos al tiempo que se registra una inusitada ola de crímenes contra periodistas.
Así las cosas será muy difícil para México crecer y avanzar a niveles óptimos cuando todos los días y en distintos foros lo que escuchamos son ataques del primer mandatario en contra de sus críticos y a su vez réplicas intensas para desacreditar al llamado gobierno de la cuarta transformación.
Bajo este clima de animadversión no llegaremos a ningún lado. Recordamos que Donald Trump dedicó buena parte de sus cuatro años de gobierno a denostar a los principales medios informativos de Estados Unidos.
El desenlace ya todos los sabemos: Trump duró cuatro años en el Casa Blanca mientras que diarios como The New York Times y el Washington Post, además de las cadenas de televisión CNN y NBC, se mantienen activas y con altos niveles de audiencia.
La reciente inauguración del aeropuerto internacional Felipe Ángeles es una muestra clara del clima de antagonismo que viven el régimen obradorista y los medios de comunicación mexicanos.
Mientras López Obrador dio rienda suelta a la vanidad y al triunfalismo para poner en servicio una de sus obras emblemáticas, los medios críticos hicieron énfasis en las fallas y las limitaciones de un proyecto que se quedó muy lejos del controversial aeropuerto de Texcoco, cancelado por el primer mandatario al inicio de su administración.
Como primera autoridad y líder político de un país democrático como México, López Obrador tiene la obligación de fomentar la concordia y la unidad del país en lugar de promover la agitación y el enfrentamiento entre los distintos sectores.
De mantener su cerrazón a las críticas y su constante acoso en contra de sus detractores, el choque de trenes llegará a México tarde que temprano.
Como dijimos al principio, vivimos las consecuencias severas de la polarización en 1982 y una vez más en 1994, sin olvidar los infaustos tiempos de la revolución del siglo pasado.
¿Queremos repetir la historia y promover un México dividido, rencoroso y violento?
NOTICIAS, NOTICIAS…
Queda claro que el aeropuerto Felipe Ángeles será un aeropuerto más de México y no un "hub aéreo" internacional, sin embargo podría facilitar las conexiones entre vuelos nacionales que hoy pasan por la ciudad de México y que no requieren traslados terrestres. Quienes pueden aprovechar el momento para ampliar sus operaciones internacionales son los aeropuertos de Cancún, Guadalajara, Tijuana y Monterrey que poseen infraestructura y capacidad sobradas… ¿Será posible que legisladores de Morena, PT y PRI se pongan del lado de Rusia ante la sangrienta invasión en contra del pueblo ucraniano?
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