La Semana Mayor inicia con el Domingo de Ramos, que ayer se celebró en la Catedral de Nuestra Señora del Carmen de Torreón.
Después de dos años de restricciones por la pandemia del COVID-19, ayer regresó a las calles de Torreón la bendición de las palmas y la procesión por el Domingo de Ramos. Con ello, inicia la Semana Santa.
Fue al mediodía que la Iglesia católica recordó la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén en medio de una multitud que lo aclamó como el Mesías.
El obispo de la ciudad, Luis Martín Barraza Beltrán, encabezó la procesión que partió de la calle Mina y avenida Matamoros hasta la Catedral de Nuestra Señora del Carmen de Torreón.
Monseñor bendijo las palmas de los fieles católicos y minutos después de las 12 del día inició la misa y el relato de la Pasión.
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Participan los municipios de Torreón, Gómez P., Matamoros y LerdoEn su intervención, Barraza Beltrán agradeció a Dios y dijo que la gente estaba deseosa de estas expresiones de fe.
El obispo expresó que este año la iglesia católica elevará una oración por la paz ante el conflicto que prevalece entre Rusia y Ucrania, así como por el aumento de la violencia en varios estados de México. También se pedirá por la misión evangelizadora.
La Catedral tuvo un aforo permitido del 75 por ciento al interior, mientras que al exterior se colocaron sillas para que las personas pudieran escuchar mediante bocinas la ceremonia religiosa.
El requisito era el uso del cubrebocas y guardar en la medida de lo posible el distanciamiento social, aunque hubo visitantes que por momentos se aglomeraron ya que buscaban bendecir sus ramos.
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La Semana Santa registra tradicionalmente el arribo de al menos 50 mil personas de diversos puntos del país e incluso del extranjeroPor un micrófono, el sacerdote les pedía guardar el distanciamiento pues todos serían atendidos.
Durante el Domingo de Ramos cada iglesia estableció horarios para la procesión y para la realización de las misas. La misma dinámica aplicará para las celebraciones de esta Semana Mayor.
Al exterior de los templos, desde temprano se pudo observar a vendedores y vendedoras de diversos artículos religiosos entre ellos las palmas, rosarios escapularios y pulseras, entre otros.
