Una mañana de hace diez años, algunos pobladores de Torreón llegaron al puente creo de la avenida Domingo Valdez y bulevar Río Nazas con "patas de gallo", camisas floreadas de colores chillantes, bermudas, sombreros y gafas contra el sol para instalar, en la orilla del lecho seco, con vista a hoyancos y tiradero de cascajo, un extraño picnic con sillas de playa y toallas, donde compartieron aguas frescas y bocadillos en una acción que exigía "que vuelvan nuestros ríos". Uno de ellos apareció incluso con aletas y gogles paseando por el "malecón", dispuesto a un chapuzón en el agua que jamás encontró.
Frente a montones de basura y teniendo como fondo las instalaciones de la industria lechera destacada de La Laguna, en el límite de Torreón y Gómez Palacio, los ambientalistas instalaron desde las 9 de la mañana casas de campaña coloridas y tendieron tapetes sobre los cuales extendieron tostadas y recipientes con frijoles y queso, salsas y aguas de frutas, que compartieron en amena plática en torno al personaje ausente: "el viejo Padre Nazas".
-Por miles de años nuestra región fue beneficiada por los dos ríos interiores más caudalosos del país, el Nazas y el Aguanaval. -Por ellos, nuestra región tenía lagunas, vegas, con bosques de mezquites y huizaches, al tiempo que se cultivó algodón por decenios. -Era oasis en el desierto… hoy es puro desierto.
Mientras estos mensajes eran entregados en volantes a los automovilistas, "para crear conciencia ciudadana", el calor sobrepasaba los 35° C, y abajo, en el lecho seco, las máquinas seguían las obras del ridículamente llamado MetroParque, que planeaba construir el Gobierno de Coahuila.
Tal picnic "ribereño" respondía a una convocatoria nacional. Era el año 2012, día 21 de julio y sábado.
El primer "picnic ribereño" se había realizado meses antes, en abril del 2012, en el río La Piedad de la Ciudad de México, a iniciativa de un grupo ciudadano que semanas luego logró multiplicar la acción el 8 de julio en el mismo lugar, pero también en ríos de Puebla, Valle de Bravo y Temacapulín, Altos de Jalisco, entre otros.
Al retomar la iniciativa planteada en varias geografías de México de accionar en pro de los ríos, para el pequeño grupo ciudadano de La Laguna no había duda, por experiencia: Las presas y los canales revestidos matan los ríos, las presas evitan la recarga de los acuíferos; al represar los ríos, se acaban los bosques y las plantas que atraen la lluvia y refrescan la región; los ríos represados mueren, acabando la vida.
Sucedía y sucede así en el centro norte de México: -Las presas en los ríos Nazas y Aguanaval, junto con la sobreexplotación del acuífero por agro-ganaderos acaban con nuestras reservas de agua.
El río Nazas es controlado por la presa Lázaro Cárdenas desde 1947.
La tragedia persiste -se dijo en 2012. -Al agotarse los acuíferos y no cargarse por los ríos, se causa que el agua tenga arsénico y provoque un mayor riesgo de cáncer en las personas.
Debemos, por tal -decían aquellos ciudadanos desde su picnic sin agua en el Nazas-, exigir que nuestros ríos regresen a su cauce, que recarguen nuestros acuíferos y así frenar el desastre ambiental y de salud pública que está ocurriendo.
Meses antes, en ese mismo año del 2012, pero el 8 de febrero, una potente coalición de organizaciones mexicanas había logrado que se plasmara en el artículo 4° de la Constitución el derecho humano al agua y corría el plazo de 365 días para que la Legislatura aprobara la Ley General de Aguas.
Meses después, de tales movilizaciones nació en diciembre del 2012 la Coordinadora Agua para Todos, como una campaña nacional que busca el buen gobierno del agua en México a través de la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre el agua en el territorio y en los sistemas de agua y saneamiento, tal como lo planteó después la iniciativa ciudadana de Ley General de Aguas en cumplimiento con el artículo 4° que establece el derecho humano al agua.
En Torreón, mientras tanto, se vivía un nuevo intento de privatizar el sistema municipal de aguas y saneamiento, SIMAS.
El gobierno municipal, entonces del PRI, seguía tomando opciones onerosas y paliativas ante la grave contaminación del agua con arsénico: filtros a pie de pozo recomendados por el Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua, IMTA, que no convencían a la población porque sabía de innumerables engaños de empresarios a través de los sistemas operadores municipales y de la Comisión Nacional del Agua.
Padecía La Laguna una oscura negociación del Gobierno de Durango con la Comisión Nacional del Agua para que la empresa Water Iniciative, recomendada por Margarita Zavala, esposa del entonces presidente aun, Felipe Calderón, instalara en Gómez Palacio miles de filtros "antiarsénico" domiciliarios, a boca de llave, diferentes a la tecnología indicada por el IMTA, sin garantía de eliminar el arsénico del agua y que finalmente quedaron arrumbados.
Tiempos de picnic aquellos.
@kardenche
