Benito duerme en una banca de la plaza, junto al kiosco. Dice que nació en Torreón el año de 1946, pero a estas alturas ya no sabe cuántos años tiene.
Benito tiene 75 años de edad, vive solo, ya sus facultades físicas y mentales están muy mermadas, duerme todas las noches en una banca de la Plaza de Armas y vive de la generosidad de las personas que acuden de manera regular a la plaza y le dan algo para que se alimente.
Entrevistado en la banca donde tiene un cobertor y acostumbra dormir, junto al kiosco de ese paseo público, Benito dice que nació en Torreón el año de 1946, pero a estas alturas ya no sabe cuántos años tiene.
Cuenta que de joven anduvo de acá para allá, tuvo varias novias pero no se casó en su momento y fueron pasando los años, sus hermanos fallecieron y sólo una de ellas vive desde hace mucho tiempo en los Estados Unidos y no tiene contacto con ella.
SIN PREOCUPACIONES
Benito conoció varias ciudades del país e incluso de Estados Unidos cuando era joven y nunca se preocupó de tener una casita para vivir su vejez, aunque no sabe explicar con certeza porqué no hizo algo.
Recuerda que de niño vivió con sus padres en una casa muy grande del abuelo, en la colonia Compresora.
Aquí en Torreón tiene familiares, sobre todo sobrinas y sobrinos que residen en la colonia Torreón y Anexas y la Compresora, pero no recuerda si lo han invitado a vivir con ellos.
PINTOR
Benito cuenta que le gusta pintar cuadros que luego vende, pero ya no lo hace por no contar con lo necesario para ello.
Dice que compraba almanaques de paisajes y luego los pintaba en lienzo para venderlos.
Un conocido de Benito, encargado de los sanitarios de la plaza, comenta que sí tiene familiares, pero él no ha querido ir a buscarlos para que lo ayuden y se pasa todo el día en la plaza, caminando a ratos, aunque ya sus facultades físicas y mentales van disminuyendo.
Personas que conforman un grupo del partido Morena en esa plaza, le ayudaron a registrarse para obtener su pensión del Adulto Mayor y en enero pasado lo llevaron a cobrar los 3,850 pesos, pero no le dieron su dinero, "porque se lo iban a cuidar para que no se lo robaran".
Dice Benito que no le dieron nada, aún cuando le prometieron 50 pesos diarios para su comida.
PENDIENTE LA PENSIÓN
Ahora no pudo cobrar la doble pensión, 7,700 pesos que entregaron en marzo, porque no tiene una identificación oficial y no sabe cómo hacerle, de tal manera que sigue viviendo de la caridad de la gente.
"Pues me piden unos papeles que no tengo porque hay que pagar", dice, aunque no sabe a ciencia cierta qué es lo que necesita para que le entreguen su pensión en el Palacio Federal.
SOLIDARIOS
Durante la entrevista, otra persona se acercó y le dio un pan de dulce para que almorzara algo y así hay otras personas más que le dan dinero o algún tipo de alimento. De esa forma sobrevive Benito.
Al hombre se le refleja la tristeza en su mirada y de pronto se queda en silencio, como pensando qué responder a las preguntas del reportero que lo entrevistó en su banca-cama.
Aunque hay algunos asilos para ancianos en Torreón y la región lagunera, cobran por aceptarlos, pero Benito no tiene la posibilidad de pagar y mientras tanto sigue viendo la vida pasar hasta que el Creador le permita hacerlo.
