El cáncer es una enfermedad multifactorial, por lo cual su aparición puede deberse a diversas causas. Y una vez que ha sido detectado, más allá de cualquier estado en el que se encuentre su desarrollo, se vuelve necesario ir con un especialista.
Uno de ellos es Pedro Ulloa Ceniceros, cirujano oncólogo, quien menciona que lo más normal es recibir, por parte de profesionales en otras áreas de la medicina (como ginecólogos o urólogos) a los pacientes ya diagnosticados o con sospechas de cáncer.
“Podría decir que un 85 por ciento de los casos que tengo, han sido de pacientes que llegan con, por lo menos, altas sospechas de tener la enfermedad. A nosotros, especialistas en el tratamiento del cáncer, nos toca por lo general revalorar el caso, complementar información si es necesario y de ahí ver cuál puede ser el tratamiento”.
El tratamiento dependerá siempre del avance de la enfermedad.
“Cuando se trata de una etapa temprana, la cirugía es prácticamente el estándar. En etapas avanzadas podemos usar combinaciones multimodales como radioterapia, quimioterapia”.
El seguimiento
Una persona que haya sido diagnosticada de cáncer y tratada con éxito, debe seguir en observación durante el resto de su vida, para monitorear cualquier indicio de regreso de la enfermedad. Lo ideal es que sea el médico que lo ha tratado desde el principio.
“En el sector público lo habitual es hacer un seguimiento de cinco años, debido a la sobredemanda que existe, puesto que si se hiciera de por vida, entonces no se podría atender a los que recién ingresan. Si en esos años no presentan signos de retorno, se les entrega un alta transitoria, o regresan al nivel previo o prevención primaria o secundaria.
En lo privado es diferente. Aquí el doctor, por decirlo de alguna manera, se casa con el paciente. Y es una persona a la que se ve durante toda la vida”.
Ver al paciente, no a la enfermedad
Dado a que el cáncer se puede presentar de muchas maneras, en muchas partes del cuerpo, el apoyo entre especialistas, crear equipos multidisciplinarios para su lucha, es esencial. Pedro Ceniceros considera que el del cáncer es un pequeño universo, en el que una sola persona no puede conocerlo todo, y que por eso el trabajo en conjunto salva vidas.
“Después del tratamiento, los pacientes deben ir acompañados de varios especialistas, no sólo del oncólogo. La negación del paciente con cáncer es tremenda, y los otros profesionales de la salud nos ayudan a ver la vida nuevamente. Nos apoyamos de los fisioterapeutas, para reintegrarlos a la vida cotidiana, por ejemplo, buscamos que haya terapia, de psicología y espiritual. Como médicos debemos buscar estrategias para darle apoyo al paciente. Con este compromiso se puede generar mucha confianza y puede ser un primer paso para la recuperación de la salud”.
Los más y los menos detectados
En su experiencia, Ceniceros Ulloa ha visto que el cáncer de mama es el que llega en etapas más tempranas, y que por tanto se puede tratar mejor.
“La mujer es más juiciosa, se toca una bolita y esto genera un espanto. Y antes no se veía esto. Al grado que hoy en día hacemos cirugías en las que se puede conservar el pecho, pues al detectarse en etapas pequeñas, la lesión causada es pequeña, aún con las mismas garantías y objetivos oncológicos, es decir la sobrevida y permanecer libre de la enfermedad que con un pecho perdido. Y ese es una de las metas de hoy en día, no sólo ganar la vida, sino hacer cirugías cada vez menos radicales, o tratamientos menos agresivos con los mismos resultados”.
En cambio, los cánceres de la llamada encrucijada biliopancreática (el hepático, de las vías biliares y el de páncreas) es el que menos se detecta a tiempo.
“Son tumores que no dan muchos síntomas. En el de páncreas se dan casos que hay un tumor de 20 milímetros que ya no se puede operar. Son anatómicamente complejos, y en general, cuando se detectan, ya es muy tarde. Se conoce que solo el 15 por ciento de los pacientes que reciben un diagnóstico de cáncer de páncreas, puede ser operado. Y aun así, de ellos, solo un porcentaje similar, tienen una sobrevida de 5 años, cuando otros cánceres se ven a 10 o 20 años.
HERRAMIENTAS:
La necesidad de crear vínculos
Según Ceniceros Ulloa, al paciente se le debe atender por completo, no sólo en la enfermedad, sino en el ámbito biopsicosocial, ya que son personas que requieren apoyos. Es ahí cuando entra la importancia de crear vínculos con los pacientes y sus familias, ya que lo considera un factor de peso para que se convierta en un caso de éxito.
“Si no me gano la confianza de la gente, seguramente todas mis recomendaciones van a ser ignoradas. Esto es fundamental, sobre todo en un área que puede ser tan cruel como la oncología”.
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(PIXABAY)