Vi muchas reacciones de incredulidad cuando me topé con la carta que el gobierno de México envió al Parlamento Europeo. Esto, en respuesta al reclamo de aquellos legisladores por la muerte de periodistas mexicanos. El presidente López Obrador aceptó estar de acuerdo con la redacción de la misiva a pesar del tono ramplón y chabacano de la misma. No es la primera vez que el presidente le falla a la investidura presidencial. A veces resultan muy burdas sus respuestas, tanto que he llegado a pensar que es parte del mismo circo para lograr que se hable de lo que él quiere. Si es así, de cualquier manera, no le favorece; el bienestar de un país está muy lejos de medirse por la cantidad de espacios mediáticos que ocupa un presidente.
Escribí la siguiente carta sólo (y sólo eso) para demostrar cómo se puede ofender con palabras menos ordinarias. Un presidente no debe ser tan pedestre en sus respuestas, y menos cuando expone la figura presidencial fuera del país. Hay otras formas de decirle a alguien "borrego metiche". He aquí una posibilidad, una carta diferente a la que el presidente envió al Parlamento Europeo. No cambié el sentido del texto, únicamente la forma. AMLO y sus asesores desatienden la diplomacia por completo. Jugando con este ejercicio les presento aquí la carta que podía haberse enviado.
ESTIMADOS SENADORES DEL PARLAMENTO EUROPEO:
Hemos leído con asombro la carta donde muestran su preocupación por la muerte de periodistas mexicanos. Como Gobierno, admiramos la energía con la que protestan, y admiramos también su menosprecio por nuestra propia preocupación. Es lamentable que algunos, confundidos por sus abrigos de lana, aprenden a balar, supongo que no es su caso porque ustedes saben que somos un país que busca la paz y que, en ninguna circunstancia enviaría armas para que unos maten a otros. Nuestro actuar es distinto, privilegiamos siempre los derechos humanos. Sin embargo, esa práctica (el de apoyar con armas) Europa la conoce bien y eso no ha movido un ápice de su buena conciencia para que ustedes, legisladores, busquen que la fuerza de la palabra aniquile la fuerza de la violencia; la negociación es el primer recurso por agotar.
Agradecemos el regalo de su generosa preocupación, ya que "la gratitud y el entendimiento han nacido de un mismo parto". Por eso entendemos que ustedes emplearan mejor sus discursos atendiendo lo propio. Brillantes como son, podrán descubrir que México dejó de ser colonia en 1810. Somos independientes a pesar de todos los esfuerzos de otros por encontrarnos obedientes, rendidos.
Nosotros luchamos, como ningún otro gobierno, por la verdadera libertad de expresión, son millones de personas que en la unión buscan que México logre transformarse, a pesar de la oscuridad del pasado que trata de imponerse a la luz que el amor por México nos ofrece.
La evolución, aunque parecería natural, no a todos se les da. Existen personas que no entienden la transformación y con malas intenciones, disfrazadas de bondad, tratan de engañar. No olviden lo que decía ese gigante de las Américas, el presidente Benito Juárez: "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".
La respuesta del Gobierno de México a los europeos está llena de palabras directamente ofensivas, como llamarle hipócritas, borregos, corruptos… En La Mañanera del 11 de marzo el presidente aseguró que decirles "borregos" a los legisladores no es ofensa, cuando este concepto se aplica a quienes no piensan por sí mismas y que se dejan llevar por la corriente sin cuestionar. En fin, es difícil entender los motivos del presidente.
