Hoy hablaremos de un asunto que no está en las noticias diarias ni en las páginas editoriales, pero que resulta de interés general sobre todo en estos tiempos de enfermedades y violencia en el que nos ha tocado vivir.
Nos referimos al tema del testamento que todos en algún momento debemos escribir y que conviene saber sus aciertos y errores a la hora de elaborarlo.
No soy abogado ni especialista en el ramo, sin embargo a lo largo de mi vida y por circunstancias diversas me ha tocado estar involucrado en este tema que como sabemos ofrece aristas y situaciones muy diversas.
De inicio conviene afirmar que un testamento bien elaborado y realizado bajo las leyes vigentes, facilitará enormemente que la voluntad del testador (la persona fallecida) se cumpla cabalmente y que el reparto de la herencia se lleve a cabo sin mayores complicaciones.
Por el contrario, un testamento incompleto, sin cubrir los lineamientos legales y sin especificar claramente los bienes del difunto y los nombres de los beneficiarios, puede generar un caos que llega al extremo de acabar con el patrimonio a repartir y de paso destruir la unidad familiar.
Desde luego el escenario más complicado será la ausencia de un testamento, en especial cuando existan muchos bienes por repartir.
De inicio el testador debe elegir el testamento más adecuado en base a sus necesidades y a los bienes a heredar, si su patrimonio es grande y muchos los herederos se aconseja acudir con un notario de confianza que tenga experiencia en este ramo.
Con la pandemia se puso de moda escribir de puño y letra el testamento lo que también es válido siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos, por ejemplo la firma de testigos y una redacción clara y detallada de los bienes a heredar.
Un error muy común es cuando el testador no toma en cuenta su estatus marital y hereda bienes que son también propiedad de su esposa o incluso de su ex mujer.
También ocurre a la hora de heredar acciones de empresas sin considerar las restricciones que podrían existir en el acta constitutiva o en acuerdos tomados por los socios.
Otra falla grave consiste en nombrar varios albaceas sin especificar sus funciones lo que literalmente podría convertir la sucesión en una guerra sin cuartel.
En Estados Unidos existe la figura legal conocida como "Living Trust" que es una especie de fideicomiso donde se nombra a un albacea llamado "trustee" con amplias facultades para llevar a cabo la voluntad de fallecido sin la intervención de los herederos.
Otro aspecto importante a considerar son los impuestos a pagar de acuerdo a los bienes heredados, en ocasiones puede resultar menos gravoso donar los bienes en vida y mantener al donador como usufructuario.
Quienes tienen propiedades e inversiones en el extranjero es muy importante revisar las leyes de los países, en Estados Unidos un mexicano deberá pagar al morir hasta un 40 por ciento del valor de sus bienes raíces.
Un aspecto clave a la hora de redactar el testamento es investigar los costos en abogados y trámites legales de las herencias de tal manera que no se conviertan en un agudo dolor de cabeza para los beneficiarios.
Infinidad de herencias tardan años y años en adjudicarse por falta de recursos y por las complicaciones propias de las leyes en México.
Para finalizar hay que mencionar el punto toral y el más delicado a la hora de escribir un testamento, esto es definir el nombre de los herederos y los bienes a repartir.
Un error muy común es repartir el patrimonio entre los hijos en partes iguales sin considerar que algunos hijos son más capaces que otros y que podrían tener más méritos para trabajar la empresa o los bienes heredados.
Con frecuencia ocurre también que los hijos heredan grandes fortunas sin haber contribuido a las mismas y sin estar preparados para manejarlas.
En otros países sucede que el control de los negocios se cede a profesionistas capacitados mientras los hijos quedan como accionistas sin injerencia directa en la operación, de esta manera se asegura la permanencia de la empresa familiar.
En fin las opciones de testamentos son infinitas, lo que se busca es un traje a la medida en base a las circunstancias y los deseos del testador.
Desde luego no hay testamento perfecto, pero existen casos de sucesiones que se llevan a cabo exitosamente sin sobresaltos ni fricciones, habrá que encontrar entonces la mejor opción.
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Si Jesús Murillo Karam es culpable de los delitos que se le imputan, entonces otros funcionarios públicos y jueces deberían ir a prisión por no aplicar la ley por la tragedia de Ayotzinapa ocurrida hace casi ocho años.