LOS OCASOS SE PARECEN
¿Cuál fue la principal causa del ocaso de Grecia?
Los griegos comenzaron a ocuparse de las cosas materiales, el principal objetivo eran los placeres. En Atenas no había prácticamente nada más importante que las fiestas y las funciones teatrales gratuitas.
No necesitaban trabajar, pues el Estado subvencionaba a quienes cumplían sus deberes ciudadanos y los alimentaba sin exigirles nada a cambio.
El servicio militar desapareció y la defensa de la ciudad se confió a mercenarios. Todos hablaban de sus derechos y nadie de sus deberes. Comenzó a crecer el fraude y los organismos de control eran burlados. Los ciudadanos sólo comentaban las últimas innovaciones culinarias y la última orgía.
Así el clima intelectual fue desapareciendo y se instaló el caos de los sentidos.
Los griegos no tenían que hacer nada para vivir bien. Tenían todo servido. Sólo miraban para arriba y exigían un poco más. Estaban gordos, abúlicos, sin grandes desafíos.
Todos sabemos cómo se precipitó el imperio. Es también la misma historia de otros imperios poderosos.
Similarmente, en muchas empresas que ostentan una posición consolidada, sólo se escuchan quejas, los pasillos se pueblan de chismes. Las reuniones se transforman en encuentros sociales. Muchas de las personas piensan mas en lo que merecen por su permanencia y menos en lo que pueden hacer para crecer en el mercado. El foco está puesto en el cuidado de la silla.
Al igual que los griegos, algunos de nuestros colaboradores exitosos se comportan como pequeños habitantes del imperio, pocos piensan en la supervivencia, muchos en la exigencia.
Se extravió el ansia, el hambre que tenían los pioneros.
En algunos laboratorios japoneses, se recrea el caos y la incertidumbre para mantener la actitud alerta. Puede parecer un juego de simulación. Pero ayuda.
El ocaso es un proceso. La crisis le da un marco y presenta muchas señales que como es lógico, se ignoran.
Vivir en la abundancia tiene sus beneficios pero concita una amenaza. Suponer que será siempre así. Cuando las personas se apartan de las fuentes, aquello que los llevó a ser exitosos, comienza una involución sutil. El barco parece avanzar pero sólo es movido por la inercia. La escasez es aleccionadora, mucho más que la soberbia.
En la extraordinaria obra, El Rey León, el padre le dice a Simba: "Nunca te olvides quién eres".
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