En Laguna de los Padres se conservan los restos de una reducción Jesuita llamada Nuestra Señora del Pilar, que le dio origen a Mar del Plata.Allí los padres misioneros armaron un pequeño pueblo que congregó a los nativos Puelches o Serranos.
Los Jesuitas tenían que integrarse a pueblos hostiles, generar empatía con culturas totalmente desconocidas, ser aceptados por personas queno comprendían su lengua y su propósito. Además, debían sortear obstáculos como la desconfianza y la muerte misma.
¿Cómo podían lograr tales hazañas?
Practicaban 3 principios básicos siempre que misionaban:
1. Hablar rápidamente la lengua del lugar.2. Comprender sus costumbres e integrarse al medio.3. Respetar la libertad y autonomía.
Por ejemplo, los nativos de Laguna de los Padres tenían la creencia de que no había que darle jamás la espalda a otro hombre. Siempre miraban de frente a toda persona. Cuando los jesuitas construyeron la capilla, hicieron los bancos de material pegados a la pared, contrariamente a los templos tradicionales, pero en profunda sintonía con las creencias de las personas a quienes querían integrarse.
En nuestro trabajo y en nuestra vida a menudo necesitamos integrarnos con personas que tienen hábitos, costumbres y pensamientos diferentes.
Cuando impulsamos cambios, conquistamos mercados o clientes pocas veces aplicamos la estrategia de los jesuitas.
Hay un episodio memorable que relatan las viejas crónicas de marketing. En cierta ocasión una fábrica de heladeras realizó una interesante prospección en mercados asiáticos. Al enviar el primer embarque hacia la India, fue rechazado por completo. ¿La razón? Para los hindúes, el color blanco significa luto.
Trabajando en la zona del litoral en una actividad de zafra, asistí con estupor al enojo de un grupo de personas de la comunidad Wichi. ¿La razón? Los habían llamado Tobas. En su lengua, Toba significa animal inservible.
En una misión a China, un empresario estaba desarrollando proveedores. Grande fue su sorpresa al comprobar que había propinado una gran ofensa al saltear un contacto. Los chinos son muy verticalistas y tienen un profundo respeto por las jerarquías.
Misionar con respeto genuino por el otro es la clave para ser aceptados, la llave de cualquier intercambio.
En las próximas misiones comerciales, personales o amistosas es deseable aprender a comprender el contexto antes de pensar y actuar con nuestros propios paradigmas.
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