Son muchos los que después de estos últimos años de locura se han replanteado las cosas. Cuando nos encontramos en situaciones desconocidas que nos sacan por completo de nuestra zona de comodidad empieza el mar de dudas y de preguntas existenciales.
Para apoyar a todos aquellos que pueden estar viviendo esta situación, aquí van unas palabras que quizá puedan ayudar.
Lo primero que nos iría bien recordar es que para plantear un cambio o un objetivo, debemos analizar también de dónde partimos, cuál es nuestra situación actual. Debemos establecer un punto de partida, saber de dónde venimos para trazar el camino más recto hacia dónde vamos.
Pero para que sea útil, lo ideal sería analizar en qué momento estamos con algo de profundidad, para atender no sólo a lo que nos dice la cabeza. Por ejemplo, si nos orientamos solo a un objetivo racional, como puede ser, quiero ganar más dinero, nos encontraremos que quizá no hemos tenido en cuenta otros aspectos importantes en nuestra vida, que también forman parte de esa decisión.
Hay algo que quiero decir porque creo que es importante si te encuentras con este tipo de planteamientos. La reorientación laboral no tiene por qué significar siempre un cambio de trabajo. A veces, pequeños ajustes o modificaciones en nuestra actitud o estado de ánimo, o en cómo nos relacionamos con los demás, es suficiente para sentirnos mejor. Por eso es importante profundizar. Tendemos a pensar que las soluciones nos las proporcionan las circunstancias vitales externas cuando, la mayor parte del tiempo, las soluciones dependen en su mayoría de nosotros.
Por tanto, si tienes el objetivo de cambio de trabajo bien claro, enfócate al cambio que buscas. Si por el contrario, dudas en esa decisión, enfócate en aclarar tus prioridades y establecer un plan de acción coherente con las mismas. Nada es imposible, tu pasado no te condiciona, ni tu presente, ni tu futuro, y siempre va a depender de ti, de ti y de una serie de valores y competencias que seguro has puesto en marcha en muchas ocasiones de tu vida y que ahora debes rescatar: intención, voluntad, disciplina, amor y responsabilidad.
Empecemos a trazar el camino. Tómate tu tiempo puesto que estas preguntas son importantes para ti.
• ¿Qué sentido tiene para mí carrera profesional?
• Del 1 al 10, ¿qué influencia han tenido en mi personas o factores externos para que esté en estas circunstancias profesionales?
• ¿Cómo me gustaría sentirme profesionalmente?
• Mi situación personal en este momento se debe a...
Escribe la respuesta en un cuaderno. Hazlo a mano si es posible (el mecanismo que se activa en el cerebro no es el mismo que si escribes en un ordenador). Sé extenso y utiliza un lenguaje lo más preciso posible. Busca palabras en el diccionario o en Google si es necesario.
Utilizar un léxico rico nos ayuda a ser más cuidadosos con nuestro lenguaje. Somos seres lingüísticos y el lenguaje tiene una importancia capital, no solo para los demás, sino también para nosotros mismos. No es lo mismo decir estoy angustiado que estoy preocupado. Si generalizamos o exageramos no nos ayudamos a nosotros mismos y a la vez, no estamos comunicándonos con el otro adecuadamente. Insisto en el lenguaje en muchas ocasiones. Cuanto más lo entrenes mejor, porque cuando interiorices la competencia inconsciente de utilizar el lenguaje con propiedad, lo trasladas a ámbitos de tu vida donde te será extremadamente útil y lo convertirás en una fortaleza frente a aquellos que utilizan vaguedades para expresarse.
Te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales, en Facebook como vibremospositivo, en instagram como @jorge_lpz, @vibremos_positivo2020 y @ damarisgonzalo_coaching escribenos a jorge@squadracr.com , damaris@cocoonow.com