Son muchos los que durante estos años atípicos se han lanzado a la aventura del mundo espiritual (y me incluyo en ellos). Y para muchos, lo que empezó como algo que apareció en sus vidas en un momento donde necesitábamos más respuestas que nunca, apareció para quedarse.
Todos, después de este paréntesis al que nos llevó la vida, resurgimos de las cenizas y volvimos a nuestro frenesí habitual. A la vida física, al mundo visible, a aquel en el que vivimos y que creemos conocer bien.
Sin embargo, durante este tiempo a muchos se nos ha revelado información importante que ha empezado a formar parte de nuestras vidas. Hemos tejido un puente entre el mundo de lo visible e invisible y hemos empezado a aceptar que, por mucho que lo neguemos, y que nuestros sentidos no lo perciban, hay cosas a nuestro alrededor que están, existen y son poderosas.
Déjame que te cuente este apasionante recorrido que te lleva por los mundos remotos y lejanos, de conocimiento ancestral, de magia y de antiguas civilizaciones. Déjame recordarte como nuestro mundo se ha construido en la parte visible, física y terrenal y como el ser humano, poco a poco ha ido olvidando una parte de su ser.
Esta pedacito de nosotros olvidado recibe muchos nombres. Cada cual, siente y acepta el suyo como propio y válido. Pero la realidad es que todas las civilizaciones en todos los rincones del mundo habían vivido este despertar. Luego caímos, perdimos todo ese conocimiento y casi, lo olvidamos. ¿Nunca has tenido esa sensación de que ya sabes algo y no sabes cómo? ¿Has vivido alguna vez, esa intuición o presentimiento que viene de ninguna parte pero que te aporta una información valiosa? ¿No has sentido en alguna ocasión una conexión especial con alguien o con algún lugar? ¿o quizá has vivido una serie de casualidades (sincronías) que no puedes explicar? Pues ahí mismo residen los mensajes de lo invisible. Todos tendemos a pensar que son fruto de nuestra imaginación, de nuestro cerebro, de nuestros recuerdos. Queremos justificar que todo tiene una explicación física, empírica, científica y lo cierto es que, hay muchas cosas que la ciencia no puede explicar, al menos a fecha de hoy. Incluso personajes tan conocimos como Einstein terminaron rindiéndose a la teoría de una fuerza inexplicable de orden y gobierno universal.
Quizá sientes una voz interna. Un llamado hacia algo. Quizá decidiste comprar un libro o ver una película o tuviste una conversación que despertó algo en ti. Es un susurro que te invita, sutilmente hacia la exploración interior y mágica de aquello que no vemos pero que, de vez en cuando, percibimos. No estamos acostumbrados a ello. No los sabemos escuchar, no los sabemos entrenar, despertar, desarrollar. Permanecemos sonámbulos, anclados en este mundo físico. Sólo cuando empezamos a escucharnos, cuando nos permitimos movernos más entre el silencio y la quietud, aparecen señales en nosotros. Conectamos con ideas y sensaciones distintas, soñamos, vemos más allá. Si cultiváramos esa conexión profunda y auténtica, dedicando tiempo y amor, redescubriríamos nuestro autentico ser, el que nos guía y responde sabiamente.
Yo sólo soy una aprendiz en un mundo infinito de conocimiento. Navego en un sinfín de libros que me llenan de emoción y certeza. Descubro a cada paso, sensaciones y respuestas profundas puestas en palabras de este mundo, y es por eso, que quería compartir hoy quería compartir contigo estas lineas. Para animarte a dejarte sentir, explorar y construir ese puente entre estos dos mundos.
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