Durante las cruzadas germinaron varias órdenes para recuperar los lugares santos. Sin embargo, hubo una que trascendió más allá de sus límites y propósitos fundacionales: Los Templarios.
Fundada por nueve caballeros, perseguía una misión: Reconquistar Palestina para la cristiandad y defender a los peregrinos que acudían a Tierra Santa para conocer los lugares sagrados.
Instalaron albergues, fundaron castillos y lucharon contra bandas de saqueadores. Trataron de evitar el Portazgo, un tributo que exigían vascos y navarros, quienes además secuestraban a los caminantes, para esclavizarlos como "bestias de carga".
Los Templarios estaban exentos del pago de diezmos y contribuciones, se establecieron por toda Europa. Lo hicieron en puntos clave del Camino, que seguía las vías romanas, trazadas a su vez sobre caminos cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, transitados por primitivos pobladores.
Desempeñaron un papel decisivo en la reconquista de Jerusalén, ubicando su cuartel general en el Templo de Salomón.
Desarrollaron una organización extraordinaria, fueron expertos en logística y finanzas. Además de la inversión de toda la infraestructura, compraron la isla de Chipre y poco a poco se convirtieron en una temida multinacional medieval.
El inmenso poder que construyeron fue la causa de su perdición. Las monarquías europeas los veían como una amenaza, las disputas en Jerusalén y la enorme cantidad de puntos e intereses a defender los transformaron en una institución con alta exposición en Roma.
Finalmente, el papa Clemente V en 1307 los acusó de herejía y condenó a la hoguera al Gran Maestre de la Orden y a 140 Caballeros.
Todos los sueños que prosperan terminan convirtiéndose en proyectos. No todas las empresas transitan la etapa de expansión de manera que puedan consolidar aspectos del crecimiento como: dispersión geográfica, control de gastos, compatibilizar reinversiones con flujo de fondos, construcción de equipos confiables e interdisciplinarios, llevar los cambios a toda la estructura, etc.
Es justamente a raíz de crecer con expansión sin control lo que termina amenazando la pulsión de cualquier empresa o institución. Como un péndulo, si las ramas crecen demasiado, terminan debilitando al árbol.
No importa si con buenas o malas intenciones, cuando los hombres edifican sus instituciones y su poder, el crecimiento se extiende como una enredadera. Repta por los muros hasta cubrirlos. Ahí radica su punto vulnerable, los jardineros suelen extirpar las raíces cuando ven en la expansión una amenaza.
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