A veces se pierde, pero no así
En el beisbol se gana o se pierde. Los empates se presentan solo por excepción, debido a alguna circunstancia extraordinaria. Ganar, como es natural, produce alegría, gusto, satisfacción. Sentimientos que suelen ser mayores si la victoria se logra con gran esfuerzo, incluso a veces de manera muy sufrida.
Y exactamente igual sucede, en sentido inverso, en el caso contrario. La derrota es particularmente dolorosa cuando se siente injusta, y no precisamente por malas decisiones del ampayeo, sino cuando corresponde a un juego que se tenía prácticamente ganado y se termina perdiendo. Resulta algo muy difícil de asimilar. Lo que en el argot beisbolero se conoce como "sacar el juego de la bolsa". ¡Qué cosa más terrible, caballero!
Fue lo que sucedió hace una semana a Unión Laguna, el pasado martes 16, en el primer juego de la serie en casa contra Sultanes de Monterrey. Al concluir la sexta entrada, es decir, cuando se llevaban jugadas dos terceras partes del encuentro, y gracias a una gran labor monticular del pitcher abridor Aldo Montes, los Algodoneros ganaban 10 carreras por 2. Pero sucedió que en la séptima entrada, que por algo se le suele llamar "fatídica", se presentó la debacle.
El pitcheo de relevo falló estrepitosamente y en ese inning de la desgracia los Sultanes hicieron nada menos que siete anotaciones, para dejar la pizarra en ese momento 10 a 9, todavía favorable a los de casa. Al cierre de la fatídica todavía los Algodoneros pudieron fabricar otra carrera más para que el marcador al cierre de la séptima indicara 11 a 9, aún Laguna arriba.
Pero en la octava entrada los Sultanes, nuevamente por la pésima labor del bullpen lagunero, hicieron otras 4 carreras más para poner el juego 13 a 11, como finalmente quedó.
En las tribunas el aficionado, pasmado, frustrado, sencillamente no lo podía creer. Expresaban su malestar en muchas formas. Predominaba la crítica al bullpen, pero también a la selección poco idónea que se fue haciendo de los relevistas en función de los bateadores que les tocaba enfrentar. Otros se condolían de Aldo Montes, porque el desastre que vino después de que él dejó el montículo hizo que se le escapara una victoria que ya tenía, y además muy merecida.
Sin duda el bullpen fue el principal responsable de la derrota. Pero no el único. También lo fueron los 4 errores que el equipo cometió, en particular 2 de ellos que costaron al menos 5 carreras. Vale la pena apuntar que en lo que iba de la temporada hasta antes del juego del martes pasado, en 21 encuentros Laguna sólo había cometido 12 errores, es decir, a razón de .57 errores por juego. Pues el martes incurrió en 8 veces más errores con respecto al promedio que hasta entonces llevaba.
También influyó el mal corrido de bases. De parte de Nick Torres en la primera entrada y de Dean Nevárez en el tercer inning, quien creyó ver un jonrón de Edgar Robles en lo que fue un doblete y lo pusieron out entre tercera y home, ¿y el coach de tercera base qué estaba haciendo? En fin, no fue solo el bullpen el responsable y menos aun la mala suerte.