La crisis del agua, pronunciada por la inusitada ola de calor excesivo ha golpeado toda la República mexicana, ha dado ya tregua en la región del Bajío, Occidente y en general en el centro del país donde han llegado las lluvias. En el norte del país, particularmente los estados de Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, todavía están cubiertos por un sistema anticiclónico que no es otra cosa que una condición de alta presión que impide la presencia de humedad importante en la atmósfera, aunque se han presentado ya chubascos aislados como la tarde de ayer en Saltillo o durante la noche en la ciudad de Durango, que si hacen descender el termómetro, el calor por la región permanece.
De hecho, en el caso de la Comarca Lagunera, para este fin de semana se pronostican lluvias que darían fin a la racha de más de 20 días consecutivos donde se han rebasado los 40 grados centígrados en La Laguna, lo cual es un alivio en todos los sentidos.
Que se dejen de presentar temperaturas mayores a los 40 grados necesariamente reducirá la demanda de agua que requiere la población para afrontar tales calores, así que el anuncio que la jornada calórica amainará pareciera que la crisis del agua que padecen casi todos los municipios -si no es que todos- laguneros igualmente bajará junto al termómetro. No es así
Si bien es cierto que no es lo mismo estar a 42 o 40 grados que a 38 o 36, (lo acabamos de vivir todos) y conforme la temperatura aumenta la demanda del vital líquido crece exponencialmente, ocurre naturalmente lo inverso al descender la temperatura. En La Laguna el calor seguirá fuerte como cada año hasta mediados de septiembre, por lo que por razones obvias, la demanda del agua continuará elevada, y es claro que el municipio de Torreón no está dando ni remotamente la talla en lo que respecta el satisfacer a sus ciudadanos con el derecho humano que significa tener acceso al agua potable.
El problema no es nuevo, desde tiempos de la segunda y tercera administración de Jorge Zermeño, el Simas Torreón ya había fallado en su misión fundamental de proporcionar agua a los torreonenses, pero ahora en el par de veranos que ya le ha tocado gobernar a Román Alberto Cepeda González, el problema no sólo ha persistido, sino que parece agravarse.
Hay que aclarar que no es sólo Torreón, La Laguna tiene el problema, los municipios hermanos en mayor o menor proporción lo padecen. Por citar algún ejemplo, lo que pasa en Matamoros, Coahuila, con respecto a este problema parece una mala broma. No hay agua a dos cuadras de la presidencia municipal, pero como es el cuarto centro poblacional en cuanto a número de habitantes de La Laguna, poca atención merece mediáticamente, cosa contraria a Torreón que es la ciudad más grande de la región y donde los problemas incluso pueden tender a maximizarse.
Elementos externos ahondan la situación de la carencia del agua. Uno de ellos es que en ciertas partes del norte y nororiente de la ciudad, el Simas Torreón no es responsable de proporcionar el vital servicio a esta área de Torreón, la responsabilidad de estos sectores le corresponde a Simas Rural, un organismo intermunicipal que atiende esta zona de Torreón y Matamoros, pero es dependiente del gobierno del Estado, lo que imposibilita en este caso a las autoridades de Torreón a intervenir en estas zonas, aunque los afectados piensan que la deficiencia del servicio es responsabilidad del ayuntamiento torreonense, o en última instancia, del alcalde Cepeda. Lo cual no es así.
Ante esta situación en particular, el propio Román Alberto ha declarado que su administración podría hacerse cargo del Simas Rural en lo que respecta a la parte de Torreón, pero antes tendría que aclararse el adeudo que se presume tiene esta institución intermunicipal con la Comisión Federal de Electricidad, que se dice, ronda los 190 millones.
El Siglo buscó al gerente general del Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamiento (Simas) Rural, Hugo Ibarra Gómez, quien optó por guardar silencio respecto al adeudo. El opaco y gris funcionario no respondió a la solicitud de este medio de comunicación para abordar el tema, como lo ha hecho en otras ocasiones, en las que tampoco ha dado respuesta a preguntas relacionadas con la operatividad del organismo.
Sin embargo, como se señaló líneas antes, la crisis generalizada del agua es más allá del desastre del Simas Rural, y hasta ahora la presente administración encabezada por Cepeda González ha hecho más declaraciones y justificaciones que acciones reales de solución, aunque ahora el presidente municipal de Torreón ha anunciado un acto para informar lo que se ha hecho a la mitad de su mandato, donde ha puesto el tema del agua como reto número uno en este momento para afrontar; en tanto ya se destapó para buscar una eventual reelección el año entrante, que se antoja difícil si se sigue desgastando con sus electores por este tema de un Torreón sin agua, más allá del ambiente político que tiene con el gobernador electo.