(EL SIGLO DE TORREÓN)
La justicia aún no llega en el caso del joven Ángel David Flores Treviño, quien fue asesinado a tiros en Los Ángeles, California, donde vacacionaba junto con su familia. Tenía 17 años de edad y soñaba con ser médico.
Este lunes, sus padres le ofrecerán una misa en la catedral de Santa María de Guadalupe en Gómez Palacio, de donde era originario, a un año de su partida.
Diana Treviño, madre de Ángel, comentó que ya hay una persona detenida por el homicidio de su hijo, a quien les practicaron apenas en el mes de mayo pruebas de balística resultando positivas.
Durante este año y en busca de justicia por la muerte de su único hijo varón, Diana y su esposo han viajado por lo menos una vez por mes a Estados Unidos, con sus recursos propios pues la autoridad mexicana no le ha proporcionado tal ayuda, para estar presentes en los días de corte.
“A él lo detuvieron el 20 de junio, dos días después de lo qué pasó lo detuvieron. Yo todavía no estoy tan tranquila pues yo ya quisiera que se hubieran dado más avances, y posiblemente la sentencia pero me dicen que en Estados Unidos es muy lento todo el proceso penal”, comentó con tristeza la madre del joven lagunero.
Los viajes que realizan implican dos días de camino y dos más de regreso, pues lo hacen por tierra ya que en avión los gastos se multiplicarían y solo hubieran podido viajar una o dos veces en este tiempo.

“Tenemos que viajar cada vez que hay corte, el licenciado nos avisa qué día hay corte, hemos tenido que viajar casi casi, cada mes”.
La búsqueda de justicia ha resultado honrosa, “(No han recibido) Apoyo por parte de nadie, tenemos un apoyo pero es de una asociación pero tenemos que estar en Estados Unidos y pues se nos complica porque al lugar donde llegamos es del hermano de mi esposo, son muchos y luego nosotros somos dos, son más gastos”, dijo preocupada.
En cuanto a la salud de su sobrino, quien también fue impactado por las balas de ese hombre, dijo, han quedado secuelas, pues al permanecer dos balas en su cuerpo, aún se le dificulta comer con facilidad e incluso mover una de sus manos, “pero va mejorando”.
Diana compartió que su hijo hubiera cumplido 18 años de edad en diciembre pasado, y ya estuviera en la universidad, sueños que quedaron truncos al encontrarse en el día, momento y semáforo equivocados.
Comentó que acuerdo a los avances del caso, la agresión que le costó la vida a su hijo, fue una prueba que el presunto responsable tuvo que hacer para ascender de puesto dentro de su pandilla, descartando así que hubiera sido un caso de discriminación.