Las Primeras Damas de Estados Unidos, Jill Biden, y de Canadá, Sophie Grégorie, escuchaban sorprendidas la historia de Tlaltecuhtli, diosa de la tierra.
Junto a la esposa del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez, la directora del Museo del Templo Mayor, Patricia Ledesma, explicaba algunos significados de esa figura, tallada en andesita de lamprobolita, roca volcánica extrusiva de tonalidades rosáceas y violáceas.
Una de las historias es que era un monstruo marino que representaba el caos, y que Quetzalcóatl y Tezcatlipoca lo partieron a la mitad; una parte la lanzaron hacia arriba para crear el cielo y las estrellas, y la otra hacia abajo para conformar la tierra.
La pieza, de 4.1 por 3.6 metros y de 12 toneladas, fue considerada imponente por las visitas, y así lo hicieron ver en su charla con Gutiérrez.
La figura llegó en 2010, cuatro años después de su hallazgo y restauración.