Pese a esa escena de violentos combates, en algunos barrios de la capital sudanesa se nota una relativa calma. (ARCHIVO)
El Ejército de Sudán intensificó hoy sus operaciones contra feudos de los paramilitares con bombardeos aéreos y artillería que hacen temblar las viviendas en el sur, este y norte de Jartum, a la espera de una nueva tregua que dé una pausa a este conflicto que dejado más de mil muertos desde el pasado 15 de abril.
Los combates se recrudecieron entre el Ejército regular y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en el norte y el este de Jartum, así como el sur de la vecina ciudad de Um Durman, un día después de que venciera la tregua de 72 horas auspiciada por Estados Unidos y Arabia Saudí, dijeron a EFE residentes de la capital, uno de los peores escenarios de este conflicto junto a la región de Darfur.
Esos bombardeos, que "continúan sin interrupción desde la noche", coincidieron con ataques de la aviación militar contra los mismos objetivos, que han hecho temblar las viviendas en los distritos atacados, mientras que se escuchaba el sonido de un intenso tiroteo de las defensas antiaéreas de los paramilitares, añadieron.
El Ejército sudanés anunció la pasada madrugada en un comunicado que sus unidades especiales realizaron "operaciones cualitativas" contra los paramilitares en el sur de Um Durman, y que sus tropas repelieron ataques "rebeldes" derribaron un dron y arrebataron posiciones de los "rebeldes".
ILUSIÓN DE UNA VIDA NORMAL
Pese a esa escena de violentos combates, en algunos barrios de la capital sudanesa se nota una relativa calma que permite un ritmo de vida relativamente normal, como en el área de Kalakla.
Según pudo comprobar EFE, en Kalakla hay abiertos comercios, carnicerías, tiendas de verduras e incluso farmacias, donde se observa un movimiento casi normal de los habitantes para abastecerse de productos de primera necesidad, aunque con quejas por el aumento de los precios, así como por la escasez de productos.
"Muchas empresas de producción no funcionan desde el inicio de los combates, pero los productos empezaron a llegar por vía terrestre desde Egipto o Etiopía", países fronterizos con Sudán, afirmó a EFE el dueño de una tienda en Kalakla, identificado como Ahmed al Damer.
Subrayó que "los precios son altos por el coste del transporte (...) y mucha gente no tiene para comprar debido a la falta de efectivo" por el cierre de los bancos o por no haber recibido sus salarios durante los más de dos meses de enfrentamientos.
Al contrario de los productos importados, y pese a la trágica situación en el país, la carne es uno de los alimentos cuyos precios han bajado debido a la suspensión de las exportaciones de carne por los combates, y a la "falta de poder adquisitivo" de muchos habitantes, dijo por su parte Osman Fadlala, propietario de una carnicería.
LA "CODICIA" EN LA GUERRA
"Los mercados, panaderías y farmacias están funcionando, pero hay escasez de algunos productos básicos y un aumento de los precios debido a la codicia de algunos comerciantes que se aprovechan de la situación", dijo a EFE Ismael al Taher, un funcionario de 46 años.
Destacó que, dada esta situación, mucho sudaneses "recurrieron a las comidas locales que se elaboran a base de maíz y trigo por sus bajos precios" y explicó que "las familias se alimentan en su mayoría de una sola comida que se basan en dátiles y balila, elaborados con cultivos de mijo, y lentejas".
El conflicto en Sudán ha provocado el desplazamiento interno y externo de más de 2.5 millones de personas, según las agencias de Naciones Unidas, mientras más de 1,173 civiles han muerto y 11,704 han resultado heridos, según la ONU.
