Durango

Desigualdad Laboral

Brechas de género prevalecen en la economía

Más de la mitad de las mujeres están fuera del mercado laboral

Por su disposición de tiempo, la mujer se emplea principalmente en el sector informal. (EL SIGLO DE DURANGO)

Por su disposición de tiempo, la mujer se emplea principalmente en el sector informal. (EL SIGLO DE DURANGO)

CLAUDIA BARRIENTOS

"La desigualdad y la discriminación hacia las mujeres están vinculadas a factores sociales y culturales de carácter estructural, por lo que el establecimiento de leyes en favor de la igualdad entre hombres y mujeres y la no discriminación resultan insuficientes para cambiar las prácticas y las actitudes que limitan el libre ejercicio del derecho de las mujeres" (Oach, 2018).

Este es uno de los hallazgos de la "Evaluación estratégica sobre el avance de las mujeres en el ejercicio de sus derechos" elaborada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el cual se hace referencia a la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022 que establece que el 19.7 por ciento de las mujeres declaró que habían sido discriminadas cuando buscaban empleo y 24.1 por ciento manifestó que se les negó injustificadamente la oportunidad de trabajar u obtener un ascenso.

A lo largo de este documento del Coneval se presenta información resultante de entrevistas realizadas a mujeres en los estados de Durango, Chiapas, Colima, Nuevo León, Puebla y Quintana Roo, las cuales se hicieron con la finalidad de tener un acercamiento directo a las problemáticas que enfrentan las mujeres y que representan barreras en el ejercicio de sus derechos, en específico al trabajo, a la seguridad social y a la salud, así como identificar la participación de las mujeres entrevistadas en los programas federales de desarrollo social y conocer los posibles cambios en sus contextos a partir de la pandemia por el COVID-19.

En tal sentido, este informe aporta datos reveladores, como que más de la mitad de las mujeres están fuera del mercado laboral.

"Si bien en México se ha presentado una creciente incorporación de las mujeres al mercado laboral, México es el país con la mayor brecha en la tasa de participación económica entre mujeres y hombres de la región de América Latina y el Caribe: en 2022 México reportó una brecha de 32.1 puntos porcentuales, por encima del promedio de los países de la región que fue de 23.6 puntos porcentuales (Banco Mundial, s/f)", establece el informe.

Asimismo, se hace referencia a que en los últimos años se ha presentado una creciente incorporación de las mujeres al mercado laboral, "sin embargo, más de la mitad aún se encuentran fuera. En el cuarto trimestre de 2022, la tasa de participación económica de las mujeres fue de 46.2 por ciento, frente a 76.5 por ciento de los hombres, lo que muestra una brecha de género que tiene efectos en la autonomía económica de ellas".

"La emergencia sanitaria por la COVID-19 impactó en mayor medida la participación de mujeres en las actividades económicas. Del primer al tercer trimestre de 2020, la tasa de participación de los hombres tuvo una caída de 3.7 puntos porcentuales, mientras que la caída en la tasa de las mujeres fue de 5.1 puntos porcentuales. Si bien, la participación femenina en el mercado laboral al cuarto trimestre de 2022 (46.2 por ciento) se encontró en un nivel superior al de antes de la pandemia (45.4 por ciento en el cuarto trimestre de 2019) y redujo la brecha en la participación económica entre mujeres y hombres, las condiciones de empleo no se han recuperado de la misma manera".

Asimismo, se observa que en las últimas décadas se ha incrementado el acceso, permanencia y conclusión de las mujeres en la educación superior, "sin embargo, existen brechas de género en cuanto a su participación en sectores dinamizadores de la economía, de mayor productividad y mejores remuneraciones, como las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CEPAL, 2022)".

Un tema importante que destaca el documento y que es fundamental en la incorporación de las mujeres en el mercado laboral es el tiempo desproporcionado que dedican las mujeres a las labores domésticas y de cuidados en los hogares, "las mujeres disponen de menos tiempo para emplearse en un trabajo remunerado, lo que dificulta su incorporación al mercado laboral y a un trabajo digno, orillándolas a emplearse principalmente en el sector informal lo que a su vez implica una mayor probabilidad de que reciban bajos ingresos y no accedan a prestaciones como seguridad social, servicios de salud, guarderías, capacitación, pensiones, entre otros, lo que limita su autonomía económica y vulnera su conciliación entre la vida laboral y familiar".

"Las mujeres que son madres se insertan en el mercado laboral en condiciones en donde deben combinar la crianza de los hijos y los quehaceres domésticos con sus actividades laborales (Inmujeres, 2018). En 2020, la tasa de participación económica de mujeres de 25 a 44 años con hijos fue de 61.2 por ciento, mientras que la tasa de participación de mujeres que no son madres fue de 78.1 por ciento, es decir, la brecha que existe en la tasa de participación económica fue de 16.9 puntos porcentuales".

De ahí que, como lo establece el documento del Coneval, del primer trimestre de 2018 al cuarto trimestre de 2022, la principal razón que mencionaron las mujeres que forman parte de la PNEA para no buscar empleo fue no tener quien cuide a sus hijas o hijos pequeños, personas adultas mayores o enfermas (47.6 por ciento), mientras que 5.3 por ciento de los hombres mencionó ésta como una razón para no hacerlo. Para los hombres la principal razón para no buscar empleo fue el temor a ser discriminados por edad o apariencia (28.9 por ciento)".

Asimismo, se establece que "en términos proporcionales, las mujeres participan más en los empleos informales que los hombres".

LABORES DOMÉSTICAS

"Si bien las mujeres han aumentado su participación en el trabajo remunerado, la dinámica familiar y la redistribución de las tareas domésticas y de cuidado no han cambiado, por lo que la distribución del tiempo de trabajo remunerado y no remunerado entre mujeres y hombres permanece desigual", indica el informe.

Asimismo, se establece que "de 2014 a 2019 el tiempo promedio semanal que los hombres de 12 años o más dedican al trabajo remunerado pasó de 48.1 a 47.7 horas, mientras que las mujeres dedicaron 38.0 y 37.9 horas semanales respectivamente a esta misma actividad. Las mujeres invierten casi tres veces más tiempo en la realización de actividades en los hogares; mientras que los hombres destinaron 17.6 horas semanales en 2014 y 19.6 en 2019 al trabajo no remunerado, las mujeres dedicaron 50.1 y 50.4 horas semanales respectivamente".

"Las mujeres hablantes de lengua indígena destinan en promedio cinco horas más al trabajo no remunerado de los hogares en comparación con las mujeres no hablantes de lengua indígena, y por el contrario estas últimas dedican este mismo número de horas más a la semana al trabajo para el mercado".

BRECHA SALARIAL

"Mujeres y hombres se ocupan en sectores de actividad diferenciados y específicos, el 52.4 por ciento del total de hombres ocupados laboran en el sector terciario, mientras que la proporción en el caso de las mujeres ocupadas en este mismo sector asciende a 77.8 por ciento. Esta segregación ocupacional puede contribuir a mantener las diferencias en los ingresos puesto que los salarios varían en función de la ocupación. Asimismo, se ha observado que las ocupaciones en donde prevalecen las mujeres reciben en promedio salarios inferiores debido a la infravaloración de su trabajo (OIT, 2016)".

Además, "las diferencias en los tipos de trabajo y en el tiempo que pueden destinar las personas al trabajo remunerado incide directamente en las brechas de ingresos entre mujeres y hombres (Vaca, 2019). Al cuarto trimestre de 2022, del total de mujeres ocupadas, 1.6 millones no percibía ingresos (6.6 por ciento). Persiste la brecha entre mujeres y hombres, pues poco más de la tercera parte de las mujeres ocupadas percibía un salario mínimo (38.8 por ciento) en contraste con 25.2 por ciento de los hombres ocupados".

"El trabajo doméstico no remunerado y de cuidados suele considerarse como un trabajo que no requiere calificación, lo que ocasiona que se le reste valor y se reproduzca la discriminación hacia las mujeres (ONU Mujeres, 2015). Para 2019, del tiempo total de trabajo de la población de 12 años o más, 49.4 por ciento corresponde al trabajo no remunerado, 47.9 por ciento al trabajo para el mercado y 2.8 por ciento a la producción de bienes para uso exclusivo del hogar, esto refleja que del total del tiempo de trabajo prácticamente 5 de cada 10 horas que se destinan al trabajo y que contribuyen a la economía del país no reciben pago (Inegi e Inmujeres, 2020)".

APORTAN AL PIB

En 2021, el valor del trabajo no remunerado en las labores domésticas y de cuidados realizadas por las personas mayores de 12 años integrantes de los hogares representó 26.3 por ciento del PIB, lo equivalente a 6.8 billones de pesos a precios corrientes. De esta cifra, las mujeres contribuyeron 19.1 por ciento y los hombres con 7.2 por ciento, lo que significa que las mujeres han aportado casi tres veces más valor económico en el trabajo doméstico no remunerado que los hombres.

Se dio a conocer que México es el país con la mayor brecha en la tasa de participación económica entre mujeres y hombres de la región de América Latina y el Caribe. (EL SIGLO DE DURANGO)
Se dio a conocer que México es el país con la mayor brecha en la tasa de participación económica entre mujeres y hombres de la región de América Latina y el Caribe. (EL SIGLO DE DURANGO)

Leer más de Durango

Escrito en: Latinoamérica Día Internacional de la Mujer desigualdad laboral

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Durango

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Por su disposición de tiempo, la mujer se emplea principalmente en el sector informal. (EL SIGLO DE DURANGO)

Clasificados

ID: 2239004

elsiglo.mx