Terminaron los primeros cinco años y empieza el "último jalón" del gobierno federal que ha demostrado incapacidad para gobernar y voracidad al mal administrar los dineros públicos. ¿Piensa que hay que celebrar?
En la plaza mayor de la CDMX, repleta de morenistas, nuestro presidente festejó su éxito entre gritos de algarabía y porras de apoyo a las sonrientes corcholatas, no podían faltar, ¡¿cómo desaprovechar tal oportunidad?! y, cumpliendo riguroso libreto, junto al presidente, sonrientes en aparente unión a todas luces inexistente, ya luego continuarían dándose golpes bajos.
Habrá que resaltar algunos avances, como: la aparente fortaleza de nuestra moneda que, para los conocedores, tiene fundamentos ajenos a las decisiones presidenciales, tales como las oportunidades del desequilibrio económico mundial, la relación comercial y las decisiones del Banco de México, defendiendo su independencia para decidir.
Ni qué decir: la principal fuente de ingreso de divisas, por envíos de nuestros compatriotas, quienes escaparon de la pobreza y ahora luchan por fundirse con la multicultura de EUA. No piensan en un retorno definitivo a la patria que añoran.
Con el paso de los años y su envejecimiento en el extranjero, han ido desapareciendo, dejando descendientes que ven con cierta lejanía a la patria de sus padres; tarde o temprano irán dejando de sentirse mexicanos y enviar dinero a familiares, acabándose la "gallina de los huevos de oro".
Por ahora, la economía parece mostrar una leve mejoría, aunque muy por debajo de lo necesitado, caso del producto interno bruto.
Otro motivo de celebración pudiera ser la entrega de dinero a viejos y pobres, algo que es continuidad de lo establecido por anteriores gobiernos, aunque ahora incrementado. Duele el mal manejo de los recursos de los distribuidores de tarjetas y dinero; el abuso de muchos de ellos lo desvirtúa.
Esperemos la puesta en marcha de la comunicación de los mares por el Istmo de Tehuantepec, seguramente aliviará transportes en tiempo y forma, agregando los beneficios con servicios periféricos y de empleo.
Por el contrario, sufrimos mayor fortalecimiento del narcotráfico y el abuso de los criminales que impunemente matan, roban, secuestran, extorsionan, hasta violan sexualmente y corrompen a los niños de los sectores más necesitados. Nunca tuvimos tantas muertes dolosas como ahora y el discurso acusatorio a las anteriores administraciones dejó de ser efectivo por propia incongruencia. De paso, deshonrando al Ejército Mexicano.
En esos años, exterminaron los ahorros para contingencias y el dinero ha sido dilapidado, alguna parte robada por los "responsables de cuidarlo" y/o tirado por el resumidero de obras cada día más encarecidas que serán poco productivas. Tan solo recuerde los fraudes de SEGALMEX y del Instituto para Regresarle al Pueblo lo Robado".
Quizá lo más doloroso sea el desmantelamiento de los sistemas de salud de México.
Como no se vivía en casi un siglo, hoy día, la atención a enfermos es casi nula; de hecho, la consulta privada ha crecido por la necesidad del derechohabiente de encontrar atención a males y dolores; las instalaciones deterioradas; los equipos médicos han dejado de funcionar por falta de mantenimiento; medicamentos escaseando o borrados de los cuadros básicos de farmacias; el personal descuidado, ofendido y desatendido. Triste la traída de pseudo especialistas caribeños, -muchos altaneros y groseros- quienes igualmente son explotados por su dictador, escamoteándoles su paga.
Sobre las obras de relumbrón: siguen denunciándose abusos, ineficiencia y corrupción. Una refinería extranjera comprada en los EUA, con equipamiento obsoleto, útil para cubrir las deficiencias de PEMEX; otra, que su construcción avanza y retrocede ante la existencia de factores de suelo, clima y comunicación, que ha costado más al triple de lo inicialmente anunciado y sin gotear combustible. Ante lo inocultable se suspendió su inauguración del 1 de septiembre.
Un aeropuerto construido en terrenos ejidales expropiados, que no ofrecen las mejores condiciones de funcionamiento y que a fuerzas de presiones empieza a ver transitar aviones, principalmente de carga. Para los pocos usuarios: el malestar por la falta de comunicación, distancia, costo en tiempo y dinero que, además, advierte su inutilidad al mediano plazo para cubrir las necesidades de flujos de transporte.
El ya famoso -aún si rodar- tren maya, sigue dando de qué hablar con deficiencias técnicas en su construcción destructora de selvas vírgenes insensiblemente destruidas, reservas ecológicas amenazadas -incluya plantas y animales- y daño a cenotes y ríos subterráneos que, sin dudarlo, cobrarán el precio en calidad de vida de toda la región afectando la economía nacional. Salvo el tramo comunicante con Mérida y algunas cercanas a las zonas turísticas, el resto deberá ser subsidiado de por vida.
Pudiéramos recordar el triste y vergonzante caso del avión, vendido más barato de lo que cuesta y que aún seguimos pagando, pero… ¡que caray!, el presidente no podía quedar mal.
Podríamos seguir enumerando errores, pero basten estos para preguntarnos ¿habrá que celebrar?
ydarwich@ual.mx