Autoridades aseguran que haber padecido COVID-19 aumentó la prevalencia de disfunción sexual. (EL SIGLO DE TORREÓN)
La pandemia de COVID-19 impactó en general de manera adversa en la sexualidad de las personas. Afectó las relaciones interpersonales e íntimas durante un largo periodo crítico y situaciones como la falta de privacidad en casa, dificultades económicas o pérdida del trabajo, intensificaron los problemas sexuales y crearon angustia.
Durante la reunión del Subcomité Técnico de Salud Laguna celebrada ayer en Torreón, el secretario de Salud de Coahuila, Roberto Bernal Gómez, abordó el tema de disfunción eréctil (DE) y COVID-19.
Mencionó que se ha demostrado la presencia del SARS-CoV-2 en el pene y próstata de hombres infectados, mucho tiempo después de la infección inicial.
Comentó que a nivel mundial se demostró que los niveles de testosterona disminuyeron en pacientes infectados por SARS-CoV-2 y que, a niveles más bajos de testosterona, mayor mortalidad por COVID-19.
Expertos en salud, han señalado que COVID-19 está asociado hipogonadismo secundario y niveles bajos de testosterona en el 85 % de los pacientes infectados.
El funcionario de salud del estado informó que en más de medio millón de personas se encontró un 28 % en quienes padecieron COVID-19, comparado a un 9% en los que no habían padecido la infección. Se asocia a disfunción endotelial y respuesta hiperinflamatoria.
En la exposición de este día, la Secretaría de Salud detalló que la disfunción eréctil debe abordarse de manera integral ya que es una enfermedad multifactorial pues incluye aspectos físicos, psicológicos, hormonales y farmacológicos.
Bernal Gómez aclaró que COVID-19 no es una enfermedad pulmonar sino vascular y que tras la enfermedad, todo aquel vaso sanguíneo que haya logrado ser infectado por el SARS-CoV-2, presentará daños y pérdida de función.
La principal vía de contagio es respiratoria y el pulmón es el primer órgano en ser invadido por el virus. Tras "conquistar" el pulmón, el virus se disemina al resto del cuerpo a través del sistema circulatorio. El SARS-CoV-2 afectará la función de los órganos con más vasos sanguíneos, como pulmones, corazón, riñones y genitales.
La Secretaría de Salud explicó que el tejido testicular tiene una gran cantidad de receptores del virus de COVID-19 (ACE2), incluso más que el tejido pulmonar. En especial en las células productoras de hormona masculina (testosterona).
La Secretaría de Salud de Coahuila concluyó que haber padecido COVID-19 aumenta la prevalencia de disfunción sexual. Además de que la disfunción eréctil puede relacionarse con afecciones cardiovasculares. Es importante evitar automedicarse y consultar al médico y evitar el uso indiscriminado de medicamentos para mejorar el desempeño sexual por el riesgo de efectos adversos graves. Resaltaron que la mayoría de los problemas de disfunción sexual son curables por lo que se debe acudir con un especialista.