El paso por la entidad de miles de desplazados, se ha realizado en los últimos meses a bordo de ferrocarriles de carga.
Mientras que en Piedras Negras y Acuña, ciudades fronterizas de Coahuila, se advierte el riesgo de un colapso por la cantidad de migrantes llegados de Centro y Sudamérica a la frontera con Estados Unidos, en el resto del estado, el conflicto se está volviendo invisible para la sociedad.
El paso por la entidad de miles de desplazados, se ha realizado en los últimos meses a bordo de ferrocarriles de carga, lo que ha eliminado avistamiento de grandes contingentes de extranjeros en las zonas urbanas, en las carreteras. Sin embargo, para los migrantes, su paso por México cada vez se vuelve más difícil.
Las extorsiones, robos y abusos que policías y agentes de Migración cometen contra ellos superaron las muestras de apoyo de la ciudadanía, las organizaciones no gubernamentales y los ayuntamientos.
DIFÍCIL SITUACIÓN DE LOS MIGRANTES
En septiembre varias olas de migrantes arribaron a Coahuila. Algunas llevaban como destino Piedras Negras y cruzaron el centro de la entidad para llegar a la frontera.
Otros, por Torreón, viajaban con destino a Ciudad Juárez, con intención de cruzar por esa población a Estados Unidos.
Algunos extranjeros que cruzaron por la región Centro de Coahuila, afirmaron sentirse más seguros viajando arriba de la "bestia de acero", que por las carreteras de México.
Para los desplazados que buscan alcanzar el sueño americano, el viaje por México ha sido la parte más dura de su peregrinaje.
Osvaldo Canseco, originario de Maracaibo, Venezuela, manifestó que el pueblo mexicano les ha brindado apoyo, pero dijo que el gobierno a través del Instituto Nacional de Migración, los frena y reprime.
Denunció que las autoridades gubernamentales no les otorgaron los permisos para viajar y los agentes los extorsionan y amenazan con deportarlos a su país de origen, o regresarlos, hasta ciudad Hidalgo, en Chiapas, donde iniciaron su viacrucis para cruzar México.
Sostuvo que por eso, aunque les señalen que viajar en trenes de carga es peligroso, se sienten más seguros arriba de los carros de ferrocarril, que en cualquier parte en las carreteras.
Afirmó que agentes del Instituto, dependiente de la Secretaría de gobernación, les piden dinero para dejarlos continuar con su viaje, pero a pie, impidiéndoles regresar al ferrocarril.
Pero esos problemas no los ve la población mexicana. La ciudadanía ya no percibe la presencia de los extranjeros que buscan una mejor vida en Estados Unidos. El también venezolano Luis Ramírez, calificó que la etapa de viaje por México ha sido dura.
Explicó que no les permiten comprar boletos para viajar en autobús, y los agentes de Migración los extorsionan. Expuso que por la misma situación en la que los pone el gobierno mexicano, se ven obligados a montar en los trenes para viajar.
Afirmó que llevan su dinero, pero no se los aceptan para comprar pasajes de autobús.
SIN SUFICIENTE APOYO
La sociedad civil no los ve, porque ahora viajan "de trampa" por ferrocarril, pero autoridades municipales donde se detiene el tren, y activistas de la Iglesia Católica, acuden a apoyarlos.
El diácono Fernando Escobedo, encargado de la Casa del Migrante San Juan, perteneciente a la Parroquia Verbo Encarnado, dijo que los migrantes son familias con hijos pequeños y bebés; así como jóvenes, adultos, hombres y mujeres que viajan solos, y que cruzan por México para llegar a Estados Unidos.
Explicó que en el último convoy eran miles de extranjeros.
Pero la ciudadanía no los vio. El fenómeno migrante se "normaliza" y se hace invisible a la población, mientras que para los desplazados es un suplicio.
El Ayuntamiento brinda la asistencia humanitaria a los expatriados cuando detecta grupos a su paso por Ciudad Frontera.
Jazmin Davis, directora de Programa de Bienestar del municipio, explicó que no hay un presupuesto federal, estatal o municipal destinado a asistir a los migrantes, pero estiran los recursos para brindarles apoyo.
La Presidencia Municipal cuenta con el apoyo de industrias locales que aportan donativos para ayudar en lo posible, agregó.
Llevan la ambulancia del sistema DIF municipal para brindar asistencia a las personas que presentaban deshidratación por los calores y la larga exposición al sol.
El personal médico atiende a los extranjeros y canaliza con suero a quienes presentan un cuadro clínico de falta de líquidos.
Dos años atrás, las poblaciones de Nuevo León y Coahuila se desbordaban por apoyar a los trasnacionales que por miles bajaban a pie a Ciudad Acuña.
Del apoyo, la población pasó a la indiferencia, y en algunos casos, como en Torreón, se llegó hasta la intolerancia.
En algunos muros en Torreón aparecieron pintas con consignas contra los autoexiliados en tránsito.
El Gobierno del Estado calcula que por la entidad han cruzado más de 7 mil migrantes hacia Piedras Negras con intención de cruzar el río Bravo hacia Estados Unidos en las últimas semanas.
El volumen de extranjeros en la ciudad fronteriza, amenaza con colapsar al gobierno municipal, que no cuenta con partidas presupuestales federales especiales para hacer frente a esta crisis humanitaria.
Mientras tanto, la ciudadanía en el resto de Coahuila poco se da cuenta de lo que ocurre con los miles de desplazados que cruzan, invisibles, por el Estado para llegar a la unión americana.
