(FOTO: RAMÓN SOTOMAYOR)
Andrés Roca Rey dejó constancia de su maestría y Arturo Gilio tuvo una excelente presentación ante sus paisanos ya como matador, en una triunfal tarde vivida ayer en la Plaza de Toros Alberto Balderas, de Ciudad Lerdo, que registró un lleno absoluto en una histórica velada.
Se lidiaron astados de la ganadería de Peñalba, bien presentados en trapío, aunque aficionados los reclamaron faltos de peso, destacó el tercero al que Roca Rey le cortó dos orejas, mientras que el segundo de la tarde fue devuelto a los corrales, afectado de los cuartos traseros.
Roca Rey cortó tres apéndices y Gilio pasó un par, ambos salieron a hombros y aplaudidos por los aficionados laguneros, que demostraron la gran pasión por la Fiesta Brava que se vive en la región.

FAENAS
Abreplaza "Soñador", herrado con el número 546 y registrado con 460 kilogramos, astifino, cárdeno, bragado, para Andrés Roca Rey, vestido con un terno tabaco y oro, desmayó la muleta ante un ejemplar que acusó falta de fuerza en los cuartos delanteros. Buena pica y banderillas muy caídas, dieron paso a buenas tandas de muleta, Andrés enarboló en los medios una faena quirúrgica, siempre en la cara del toro y con los pies bien plantados sobre la arena; estoqueó en la cruz, apenas trasera, pero mortal, para que el juez de plaza otorgara la primera oreja de la fresca tarde.
Siguió en suerte, "Bohemio", para Gilio, vestido de blanco y oro, con tan mala suerte que el astado se mostró por momentos inmóvil de los cuartos traseros, calambres que fueron suficientes para regresarlo a los corrales. Le sustituyó "Debutante", herrado con el 39, de 498 kilos, negro zaino, paliabierto, objeto de una buena puya, aplaudido quite de saltilleras y el propio matador colocó tres buenos pares de banderillas, ante el clamor popular.
Con la muleta el lagunero no tuvo una tarde sencilla, pero se las ingenió para arrancarle algunos pases por el pitón derecho, una faena esforzada y que redondeó con manoletinas; pinchó al primer intento y se llevó buen golpe, la segunda estocada fue bien colocada y de efectos letales tras una corta espera, se le otorgó una oreja.

De la puerta de toriles salió "Rebujito", número 549, con 468 kilos, negro bragado, enmorrillado, paliabierto, de breve labor con capote, recibió un puyazo efectivo. Retó Roca Rey a Gilio para colocar banderillas y ambos se lucieron para recibir sonoras palmas; el matador peruano mostró el poderío de su toreo y desmayó la muleta para ejecutar su arte, le arrancó al astado más de lo que parecía tener y colocó una estupenda estocada, el toro tardó en doblar, pero finalmente lo hizo y se otorgaron dos merecidas orejas.
El cierraplaza fue "Don Alan", al hierro con el 48, de 490 kilos de peso, cárdeno, caribello, bizco de cornamenta, recibido por Gilio con faroles de rodillas, seguido de buenas tandas con capote y el mismo matador colocó tres excelentes pares de banderillas. Fue un buen desafío para Arturo el tomar la muleta ante un astado noble, pero con su dosis de dificultad, un animal que siempre acudió al llamado y el lagunero aprovechó por el pitón derecho con dosantinas lucidoras, fue otra buena faena malograda con la espada, pues tras un pinchazo puso una segunda estocada un tanto caída, para matar al segundo intento de descabello, aún así recibió la última oreja de la triunfal tarde.
