Los autoexiliados denunciaron ser víctimas de robo y de extorsión de autoridades policíacas y de migración en su trayecto.
Una nueva caravana de migrantes integrada por miles de centro y suramericanos fue desalojada de un ferrocarril en el que viajaban rumbo a Piedras Negras.
Cientos de familias, hombres, mujeres y adultos mayores, se desplazaban a bordo de la "bestia", pero fueron bajados de esta por personal del Instituto Nacional de Migración, de la Policía Municipal de Abasolo, de la Policía Civil de Coahuila y de personal de Ferromex.
Los desplazados pedían que se les permitiera viajar en los carros de la locomotora, pero autoridades y guardias de la empresa se los impidieron.
Los autoexiliados denunciaron ser víctimas de robo y de extorsión de las autoridades policíacas y de migración durante todo el trayecto recorrido por la República mexicana.
Dijeron que lo único que piden es ayuda y libertad de paso para viajar por México a Estados Unidos, destino final de su búsqueda por un mejor nivel de vida.
Después de ser desalojados de la bestia, los viajeros recorrieron 4 kilómetros a pie por una brecha hasta llegar a la carretera federal 57 y continuar su marcha, caminando, a la frontera norte.
Los migrantes, con hambre y con sed, pedían ayuda a la gente para dar de beber a sus hijos, agua y ofrecerles algo para saciar su apetito.
El director de Seguridad Pública de Abasolo, David Ramírez, explicó que llegaron en apoyo de las autoridades de migración que solicitaron su presencia para el desalojo de los extranjeros del ferrocarril de carga.
