Liliana Villarreal año con año instala su stand en la calle Hidalgo, entre de la Fuente y Guerrero. (Foto: SERGIO A. RODRÍGUEZ / EL SIGLO COAHUILA)
La tradición de la comida de cuaresma se ha perdido con el correr de los años, y de lo que antes eran decenas de puestos para la venta de productos para prepararla, hoy sólo queda uno en la calle Hidalgo de Monclova, indicó la comerciante Liliana Villarreal, última guardiana de la costumbre gastronómica de Cuaresma.
La mujer explicó que año con año instala su stand en la calle Hidalgo, entre de la Fuente y Guerrero a una cuadra de la Plaza Principal, para ofrecer los productos de temporada más consumidos durante la Semana Santa.
Con 18 años de dedicarse a esta labor, recordó que hace casi 2 décadas en la calle se llenaba de vendedores de este tipo de productos, pero con el correr del tiempo fueron disminuyendo hasta quedar solo ella.

Su puesto oferta nopales, chicales, pipián, acelgas, cebolla de rabo, cilantro, pulpa de camarón, lentejas, filete de pescado empanizado para freír y hasta capirotada preparada.
“En aquellos años habíamos muchos (vendedores) y así y todo vendíamos todos,” dijo. Explicó que los días de más ventas son jueves y viernes, llama a todos los días mayores. Agregó que durante esta Semana Santa la comercialización de sus productos ha estado más lenta, dijo que la mayor parte ya salió y que considera que le fue bien.
Supone que la falta de dinero por la recesión económica redujo el número de clientes, del mismo modo que en 18 años ha disminuido la cantidad de comerciantes de estos productos para preparar alimentos tradicionales de Semana Santa.