efe
Las autoridades sanitarias neerlandesas anunciaron ayer miércoles el diagnóstico de un caso de enfermedad de vacas locas en una granja de Países Bajos, aunque aseguran que la carne de res no había entrado aún en la cadena de comestibles, por lo no representa una amenaza para la seguridad alimentaria.
En una carta enviada al Parlamento neerlandés, el Ministerio de Agricultura anunció el "descubrimiento de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en un cadáver de una vaca" y explicó que "esta enfermedad mortal afecta al sistema nervioso central del ganado y también se conoce como enfermedad de las vacas locas".
Los seres humanos pueden contagiarse al consumir productos de ganado infectado con EEB, desarrollando una enfermedad incurable, y por ello existe un protocolo europeo de seguimiento en el que todos los cadáveres y todo el ganado sacrificado en emergencia se analizan para detectar la presencia de esta enfermedad.
"El bovino que ahora ha resultado positivo ha sido rastreado a través de esta vigilancia activa (…). Este bovino que ha dado positivo no entró en la cadena alimentaria y no representa un riesgo para la seguridad alimentaria", explicó Agricultura, que está ahora investigando qué variantes de la EBB afectó a la vaca en cuestión, si "atípica" o "clásica".