El sábado anterior dio inicio la serie final de la que saldrá el campeón de la temporada 2022-23 de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) entre Algodoneros de Guasave y Cañeros de Los Mochis, plazas ambas del estado de Sinaloa separadas por solo 55 kilómetros.
Las dos rondas previas de playoffs estuvieron sensacionales. La mayoría de los juegos registraron lances espectaculares, tremendos duelos de pitcheo, marcadores muy cerrados, de manera tal que en un buen número de encuentros la diferencia entre el equipo ganador y el derrotado fue de una o dos carreras, amén de que en no pocas ocasiones las potenciales anotaciones del empate quedaron en las bases al concluir los encuentros. Juegazos pues, con grandes emociones beisboleras.
La serie se reanuda hoy martes en Guasave con dos derrotas y sin triunfo para el equipo anfitrión. Pero en el beisbol, y con mayor razón cuando las escuadras están tan niveladas, todo puede suceder.
Todo muy bien. El problema es que infinidad de aficionados al beisbol a lo largo y ancho del país no han tenido oportunidad de ver -obviamente por televisión- esos juegos. Y no solo porque se estén transmitiendo únicamente por televisión restringida o de paga, sino porque un sistema -Sky-- tiene la exclusiva de esas transmisiones.
En efecto, la LMP, representada por su anterior presidente Omar Canizales, suscribió el 5 de marzo de 2020 con Sky un convenio mediante el cual se le adjudicó a este en exclusiva la transmisión televisiva para México, Centroamérica y la República Dominicana no solo de los 340 juegos del rol regular en las cuatro temporadas del circuito de 2020-21 a 2023-24, sino también de los juegos de postemporada y todos los encuentros de la Serie del Caribe.Aunque Sky dice tener en México siete millones de suscriptores, lamentablemente muchos aficionados a la pelota se quejan de no haber tenido acceso a ver la postemporada ni tendrán tampoco oportunidad de ver la Serie del Caribe. Lo mismo ha sucedido los dos años anteriores.
En cierta forma resulta explicable que Sky, por el riesgo que como negocio le implica transmitir todos los juegos de la temporada regular, cinco cada día, en justa reciprocidad tenga en exclusiva las transmisiones -obviamente más rentables-de los juegos de la postemporada y la Serie del Caribe. Pero debió haberse previsto algún esquema para compartir la señal con otros sistemas, incluso restringidos, con algún beneficio razonable para el propio Sky.
Sobre el punto, procede mencionar que un interesante libro publicado en 2014 por Ciro Murayama, titulado "La economía del futbol", el autor da cuenta que ese año el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) resolvió una añeja disputa entre las dos principales cadenas televisivas del país por lo que hace a las coberturas de soccer, estableciendo límites a las contrataciones de exclusividad, entre otros, en los casos siguientes:
"La liguilla de los torneos de futbol profesional, nacional, las finales mundiales de la Federación Internacional de Futbol Asociación, los eventos deportivos de los Juegos Olímpicos de verano e invierno, las ceremonias de inauguración y clausura de estos juegos, los juegos de las selecciones nacionales de futbol y los playoffs de la liga mexicana de beisbol del Pacífico" (pág. 73).Sería interesante saber qué hay de esto.
