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El enjambre norteamericano

JULIO FAESLER

Nuestro vecino al norte la está pasando mal: Las rachas de muertes por la drogadicción constituyen un escenario inimaginado debido al fentanilo procedente de México cuya incontrolada distribución cobra vidas por centenares de miles de personas. Otro problema es el irresponsable comercio de las armas de fuego de todo calibre tanto para el mercado doméstico y ofrecido a borbotones a las mafias internacionales. Y para colmo de males, el cambio climático ha traído dramáticos incendios que han destruido enormes superficies. Por otra parte, la confusa coyuntura internacional pone a prueba su liderazgo del occidente. El ascendente poder económico y militar de China augura el traspaso a ese país la hegemonía mundial. En este escenario se plantean las elecciones presidenciales de noviembre de 2024.

Los asuntos también son complicados. El expresidente Donald Trump, mantiene su acusación de fraude en el triunfo electoral de Joe Biden de 2020. Pese a ser acusado por varias vías de haber intentado destruir el orden constitucional incitando a la rebelión que incluyó la invasión de sus huestes al Capitolio el 6 de enero de 2021. Trump reta la solidez de las instituciones políticas norteamericanas y, en un alarde sin precedente, despreciando los cientos de acusaciones, se lanza con miles de seguidores a conquistar de nuevo la presidencia de la república.

Contra ese plan se han registrado una larga serie de impugnaciones judiciales contra Trump. La más reciente y espectacular es la anunciada el pasado lunes 14 de agosto en el estado de Georgia. A diferencia de los juicios iniciados en Nueva York, la ley de Georgia prevé que las audiencias sean televisadas. Ya un ávido público se anticipa a ver a Trump, el candidato republicano mejor situado para la Casa Blanca, junto con 19 de sus colaboradores sentados en el banquillo de los acusados en plena campaña electoral de 2024. En caso de ser declarados culpables Trump y todos ellos enfrentarían decenas de años de cárcel.

Las imputaciones abarcan desde la falsificación de documentos contables, que incluye la manipulación del resultado de las elecciones presidenciales de 2020. El juicio de Georgia será más detallado y extenso que los demás por las medidas previstas en la Ley contra la Delincuencia Organizada y Asociaciones Corruptas que son las más duras del sistema estadounidense.

De todos los Estados que en noviembre de 2020 adjudicaron la presidencia de Estados Unidos a Joe Biden, la derrota de Trump en Georgia fue por un escaso margen de 11,200 votos y la que más le dolió al expresidente por darse en un Estado que en los últimos 30 años siempre había votado por el partido republicano.

Las presiones de Trump y de su equipo para invertir los resultados fueron especialmente intensas y dejaron abundantes huellas. En lugar de respetar el proceso legal, los ahora acusados se implicaron en asociaciones delictivas.

El exvicepresidente Mike Pence ha dicho que Tump y sus asesores le pidieron detener el proceso de certificación de los resultados electorales para así anular las elecciones; "el presidente me pidió que lo eligiera a él por encima de mi juramento a la Constitución lo que rechacé tajantemente por ser contrario al juramento que hice ante el pueblo estadounidense y ante Dios Todopoderoso…".

No hay duda de que es inevitable que los acusados serán llevados a juicio y condenados. No hay que olvidar que además de los procesos estatales en curso, aún falta iniciar el juicio por el grave delito federal de traición y sedición a la Patria que se llevará a cabo en Washington. Aún falta el juicio por haber retenido y escondido documentos altamente confidenciales.

El costo es muy alto. Después de pagar decenas de millones de dólares por concepto de honorarios legales, el Comité de Acción Política que comenzó con 105 millones informa que ahora sólo tiene 4 millones.

Hoy en día tanto Trump como Biden tienen el mismo 43% de las preferencias. En caso de que Trump gane la presidencia podría autoindultarse excepto para el caso de Georgia.

El presidente Biden también tiene problemas. Los republicanos han reunido elementos suficientes para enjuiciar a su hijo Hunter de malos manejos y tráfico de influencias en sus negocios en Ucrania y China.

La polarización de EUA, está confirmada. La desestabilización de los EUA que debilita su prestigio democrático favorece la ambición de China en su derrotero hacia su hegemonía mundial. Los compromisos trilaterales del T MEC confirman nuestra alineación con Estados Unidos en su clara oposición al auge de China. En la reunión con Biden y Trudeau en noviembre del 2021, López Obrador previó que la disparidad comercial entre el Tec-Mec y China se resolvería con el uso de la fuerza.

Las repercusiones del desorden político norteamericano quizás originen reformas internas que no son de nuestra directa incumbencia. El improbable regreso del Trump proteccionista podría afectar nuestras exportaciones que con el más del 90% nos ligan al mercado de Estados Unidos y al equilibrio de nuestra estrategia de desarrollo. Sus políticas anti inmigración acentuarían la crisis que en este ámbito ya vivimos.

Estados Unidos es un país dotado de sólidas instituciones y de una tradición jurídica que seguramente resolverán las turbulencias actuales con reformas estructurales y alguna indispensable enmienda constitucional adicional a las 27 actuales.

juliofelipefaesler@yahoo.com

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