Los casi nulos resultados en la gestión del Convenio de la Diversidad Biológica para detener la pérdida de biodiversidad y la peligrosa aproximación a la sexta extinción masiva de millones de especies, provocó que se creara un Nuevo Marco Mundial de la Diversidad Biológica, el cual fue aprobado por 186 países que asistieron a la Conferencia de las partes sobre biodiversidad (COP15) que se llevó a cabo en Montreal, Canadá en diciembre pasado. Abro un breve paréntesis para poner en perspectiva el significado de la sexta extinción que tan sólo le ha durado al hombre 200 años llegar a ella: la última extinción, la quinta, fue la de la era de los dinosaurios que ocurrió hace 66 millones de años En el periodo Jurásico y que fue ocasionada por la colisión de un asteroide de 12 kilómetros con la potencia de 10,000 millones de bombas atómicas cuyo sitio de colisión fue uno muy cercano a la península de Yucatán, el oscurecimiento y enfriamiento del planeta acabó con más del 75% de todas las especies. Luego 200 millones de años atrás ocurrió la extinción Triásica- jurásica, provocada por un cataclismo volcánico que generó grandes cantidades de dióxido de carbono que causó la acidificación del agua y un calentamiento global que fueron devastadores para la naturaleza del planeta, 372 millones de años atrás ocurre la extinción devónica y 443 años antes ocurre la extinción ordovícica-silúrica, siempre ocasionadas por cambios ambientales en los que estaba presente el dióxido de carbono. Termina el paréntesis.
Pero que novedades tiene el Marco Mundial Kunming- Montreal de la diversidad biológica (GBF por sus siglas en inglés), considerado un acuerdo histórico adopta desde luego los objetivos del Convenio de la diversidad biológica de manera íntegra, resumiéndolos como sigue: abordar la pérdida de biodiversidad, restaurar los ecosistemas y proteger los derechos de los pueblos indígenas. Las novedades que presenta el nuevo Marco de Diversidad Biológica consisten en un plan estratégico para lograrlos y en un mecanismo para aumentar el financiamiento a los países en desarrollo, que como siempre ocurre en estas COPs, se convierte en el nudo gordiano de las mismas, obstaculizándolas.
La COP15 no fue la excepción, pero al final acordaron el financiamiento y ahora dos de las metas del plan estratégico son: movilizar al menos 200 millones de dólares anuales de fuentes públicas y privadas para la financiación de la ejecución de planes y estrategias relativas a la biodiversidad; aumentar el total de flujos financieros internacionales procedentes de los países desarrollados hacia los países en desarrollo a por lo menos 30,000 millones de dólares cada año.
Pues, así las cosas, quizás las novedades más importantes se encuentran en el Plan Estratégico que incluye 23 metas de actuación, medibles anualmente y con fecha de vencimiento el 2030. Y desde luego que se cuenta con dinero para llevarlas a cabo. Dice Inger Anderson de PNUMA: "el aspecto clave ahora en adelante es la implementación, el éxito se medirá en términos de nuestro progreso rápido y consistente en la implementación de lo que hemos acordado." Este espíritu de emergencia se siente en las declaraciones finales de la COP15.
Las 23 metas están diseñadas para evaluar el progreso alcanzado en el año de 2030 en relación al cumplimiento de la Visión en 2050 la cual es como sigue: "Para 2050, la biodiversidad se valore, conserve, restaure y use sabiamente, manteniendo los servicios de los ecosistemas, sustentando un planeta saludable y brindando beneficios esenciales para todas las personas".
El Marco tiene 21 metas orientadas a la acción urgente durante la década hasta 2030. Y es en este contexto donde se pueden pensar proyectos a nivel país a nivel regional o a nivel Municipio-ciudad, en tal caso, si vemos las cosas localmente, el que tiene mayores posibilidades es el municipio de Torreón por las siguientes razones:
En la línea de reducir las amenazas a la biodiversidad el municipio cumple con dos de las metas urgentes: la de garantizar que al menos 20% de los ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce degradados estén en proceso de restauración, asegurando la conectividad entre ellos y centrándose en los ecosistemas prioritarios. En la misma tesitura, asegurar que al menos el 30% de las áreas terrestres y marinas a nivel mundial, especialmente las áreas de particular importancia para la biodiversidad y su contribución a las personas, se conserven a través de sistemas de áreas naturales protegidas gestionadas de manera efectiva y equitativa, ecológicamente representativos y bien conectados. El municipio de Torreón tiene bajo estatus de conservación más del 40% de su territorio, lo cual le otorga una ventaja comparativa importante.
Otras metas urgentes también, tendrían que ser parte del trabajo cotidiano de la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco, por ejemplo, garantizar acciones de gestión activa para permitir la recuperación y conservación de especies y la diversidad genética de especies silvestres y domesticadas, incluso a través de la conservación ex situ, y gestionar eficazmente las interacciones entre humanos y vida silvestre.
En la misma situación se encuentra la meta de gestionar las vías de introducción de especies exóticas invasoras, previniendo o reduciendo su tasa de introducción y establecimiento en al menos un 50%, y controlar o erradicar las especies exóticas invasoras para eliminar o reducir sus impactos, centrándose en las especies y sitios prioritarios.
La COP15 retoma la Convención Ramsar por la importancia de los humedales en la conservación de la biodiversidad, y exhorta acorde con una de las metas urgentes ha: aumentar el área, el acceso y los beneficios de los espacios verdes y azules, para la salud y el bienestar humanos en áreas urbanas y otras áreas densamente pobladas. Con esta base hacer las gestiones pertinentes para restaurar el río seco que atraviesa la ciudad y volver a contar con un río vivo y todas sus amenidades que conllevan a mejorar la calidad de vida de los pobladores.
