(ÉRICK SOTOMAYOR)
La emoción le corta la voz en pleno discurso. Los asistentes a la inauguración de su muestra Despertares, le alientan y recobra las palabras. El fotógrafo lagunero, Emilio Montemayor Aguirre, suelta el micrófono para cortar el listón dorado en la Galería de Difusión Cultural de la UAdeC. Adentro se albergan instantáneas de su autoría, paisajes impresos a color en gran formato, que invitan a mirar desde otro enfoque.
“Estudié Comunicación en el ISCYTAC. Allí llevé clases de fotografía, pero en realidad esto surge más por el ciclismo de montaña y de ruta. Cuando voy rodando disfruto de paisajes muy bonitos. Me gustó fotografiar lo que veía y compartirlo. Y de ahí la gente empezó a aceptarlo, a hacer buenos comentarios”.
Montemayor Aguirre sube a su bicicleta y recorre lugares de La Laguna por lo menos cinco días a la semana. En sus recorridos, que comienzan a temprana hora, dialoga con el lenguaje visual que ofrece la naturaleza. En ocasiones los días se inauguran con algún amanecer de tintes rosados y se clausuran con atardeceres rojizos.
De igual forma, el maestro ha inmortalizado ruinas de haciendas cercanas a la mancha urbana, un árbol que emerge solitario a mediación de la laguna de Mayrán, una ola en mar abierto, un sillón rosado perdido entre la maleza de un bosque que logró captar su atención.
“Es algo que disfruto de la bici y los amigos en los que ando. Poco a poco hemos compartido y nos piden más, así fuimos puliendo el ojo. La verdad es extraordinario lo que vemos aquí”.
Emilio Montemayor describe la fotografía de un amanecer captado en la carretera Matamoros-La Partida. En ella se aprecia como los tintes rosados del cielo se reflejan sobre un charco.
“Estábamos rodando y me paré a tomarle a una foto a una amiga, tipo fotografía de deportes. Me dijo: ‘¿Ya viste qué padre se ve el reflejo en el charco?’. Y de ahí le busqué el ángulo, evitamos la banqueta, evitamos todo lo demás y se convirtió en este cuadro”.
Despertares se compone de quince fotografías y una instalación. El título de la muestra fotográfica remite a que los comentarios sobre sus obras despertaron una curiosidad en su interior. Se trata de una colección inesperada, pero que lo ha llevado a un camino de sumo interés y que ahora aprecia en demasía.
“Despertamos el sentir de la gente. Es curioso, porque empecé a compartir fotos desde mi enfoque, de como yo veo mis cosas, y de repente, en los grupos donde navego, la gente empezó a compartir fotos con lo que estaban viendo ellos”.