La tarde del mano a mano entre Andrés Roca Rey y Arturo Gilio dejó un gran sabor de boca, en ella se conjugaron varios factores que favorecieron una gran respuesta a la expectación creada desde el anuncio de la corrida, la afición respondió con creces en muchos sentidos, primero adquiriendo de inmediato sus boletos agotando las localidades, algunos de ellos llegando a temprana hora al sorteo retomando esa tradición, con un gran ambiente de gran respeto en la convivencia en la entrada al tendido de sol por la Peña Valente Arellano, a la que le envío la enhorabuena, ofreciendo alimentos y una exhibición de baile flamenco, llenando desde temprana hora los tendidos y lo más importante mostrando un respeto al desarrollo de la lidia con un impresionante silencio en el momento preciso que se rompía con palmas u ovaciones apreciando el valor de la faena y además respetando la apreciación del juez.
En el ruedo se dio una autentica y leal competencia, los matadores vestidos con hermosos ternos, el joven maestro peruano en tabaco y oro, el nuestro con el vestido de la alternativa en blanco y oro, ambos con faja y corbatín en negro, saludo retador y respetuoso al inicio del paseíllo y en un inicio incierto ante un toro con poca casta al que el inca sacó el mayor provecho, Arturo al ser devuelto el primero de su lote se va por delante con el reserva, de la ganadería de su padre, levantando a la afición y sacando la casta al peruano que en su segundo salió hecho un león al grado de banderillear -lo que no hacia desde su época de novillero sin caballos- sin mucho lucimiento e invitar al lagunero que lució en su turno, la tarde iba en crescendo y así lo confirmó Arturo, que correspondió invitando al peruano a cubrir el segundo tercio lo que hicieron con gran lucimiento, cerrando la tarde con una muy buena faena para que ambos lograran la puerta grande, recalco el buen detalle de la afición de guardar un respetuoso silencio en el desarrollo de la lidia en ambos toreros, hubo en esta tarde inolvidable más detalles de una afición que demostró conocimiento.
La anécdota
La competencia en el ruedo muchas de las veces rebasan los límites, de los dimes y diretes se ha llegado a las manos, ha sucedido en todas las épocas del toreo, en tiempos ya no tan recientes entre el maestro Paco Camino y Palomo Linares, aunque esta fue en un programa de televisión, de Vicente Ruiz "El Soro" y José Mari Manzanares en reclamo porque el alicantino le pegó nueve chicuelinas en su turno en quites, en días pasados en nuestra querida Plaza Alberto Balderas afortunadamente el desafío fue de reto y respuesta taurina, sellada con brindis, una sonrisa y un afectuoso abrazo.
Las efemérides
Un día como hoy de 1908 nace en Borox el maestro Domingo Ortega. En 1934 gran triunfo como novillero del maestro Lorenzo Garza cortando cuatro orejas y dos rabos en la plaza de Valencia. En 1945 gran faena de David Liceaga a "Florista" de Torrecilla cortando las orejas y el rabo, en esa misma tarde el faraón de Texcoco Silverio Pérez haría lo mismo con Escultor, mientras el maestro Antonio Bienvenida cortó una oreja a "Cafetero" y una más a "Sabroso".
En 1951 se reanudan las relaciones taurinas entre matadores mexicanos y españoles después del llamado "boicot del miedo", celebrando tres corridas en plazas emblemáticas, La México, Las Ventas y La Monumental de Barcelona con la participación de matadores mexicanos y españoles, un gran detalle en la México es que como debe ser los alternantes de esa tarde Francisco Martin "Curro" Caro, Antonio Velásquez y Carlos Arruza fueron llamados al tercio dando la vuelta al ruedo acompañados de matadores asistentes vestidos de civil. En 1968 se retira de los ruedos el maestro tapatío Manuel Capetillo con una encerrona en la Plaza México con toros de la ganadería Valparaíso del bien recordado Valentín Rivero. En 1979 faenas de dos en la México del mandón Manolo Martínez a "Oro Negro" y la emblemática faena a "Gotita de Miel" de Xajay. En 1996 el diestro español José Miguel Arroyo "Joselito" corta las orejas y el rabo al toro Valeroso de la ganadería De Santiago. ¡Enhorabuena a la afición y hasta la próxima!
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