En los noticieros se dijo que nuestro presidente le informó al presidente de los Estados Unidos, que desde Kennedy, con la alianza para el progreso, ellos no se habían fijado en Latinoamérica para ayudarlos a salir adelante.
Esto, me hizo pensar que AMLO estaba cayendo en una contradicción; le estaba suplicando al sistema que odia, el neoliberalismo, que nos tendiera la mano para resolver nuestro problema económico, como se había hecho aquella vez.
Hay que aclarar unas cuantas cosas: Primero, en los sesenta y setenta, el modelo de vida americano se planteó como una pauta a seguir para todos los países que no estaban tan desarrollados. La condición era, que olvidando sus propias circunstancias, buscaran el desarrollo según el modelo que los estadounidenses proponían, que vulgarmente se llamaba, liberalismo.
En aquel tiempo, muchos pensadores protestaron por este tipo de proposición ya que consideraban que cada país tenía sus propios principios culturales, políticos y económicos que no significaban estar en el subdesarrollo, sino simplemente eran otras formas de vivir y de valores. El concepto de primer mundo, segundo mundo y tercer mundo, nace de esta visión americana.
Añorar aquel tiempo es retroceder, mostrar que estamos en desventaja ante un país poderoso, que nos puede resolver nuestra problemática. El pacto ya no es entre iguales, le estiró la mano para decirle. "¿Me das?"
Lo que significó la alianza para el desarrollo fue el principio de la pérdida de la identidad cultural de los países, cuya influencia indígena y religiosa era muy importante. Todo tipo de sectas religiosas entraron al país. Era necesario cambiar la visión de los pueblos para poder aceptar el modelo de vida propuesto.
Max Webber tiene libros que nos pueden ayudar a comprender la manera de pensar tan diferentes entre la cultura estadounidense y la nuestra. Uno de ellos es la ética protestante. El modelo de televisión fue copia vil de la mala televisión americana, donde se presentaba su forma de vida, no la nuestra.
No es por ahí donde se debe de pactar. Recuérdese todo lo que ha pasado cuando el banco mundial obliga a nuestras economías a tomar decisiones draconianas, y de así podamos pagar los créditos que nos otorgan. Los ochentas ya no los queremos volver a vivir.
Aquí viene la otra visión. El primer ministro canadiense se reunió con los directores de Bimbo ya que tienen intereses en su país y según escuché, quería platicar con ellos sobre la forma en que podían crear fuentes de trabajo. ¡Órale! Una empresa mexicana creando empresas en Canadá. Una valoración de lo que puede hacer el mexicano en el mundo de esta economía mundial. Como éstas, estoy seguro de que muchas empresas connacionales están en crecimiento y aspiran a la mundialización.
Los tratos se deben de hacer de igual a igual y si eres menor, ser lo inteligente para saber que lo que tu ofreces tiene algún valor. No pedir limosna, porque con ese principio, ya perdiste.
Anda la gente muy entusiasmada porque podemos remplazar la mano de obra china. Lo que quieres vender es ¿mano de obra barata? Mal negocio. Los chinos fueron sagaces y pacientes para aprender el sistema económico mundial y superar lo que aprendieron. Ya son una potencia económica y saben valorarse. Superaron al maestro a base de trabajo y sacrificio. Son los nuevos paradigmas de los cuales debemos aprender.
Dice un dicho que no le pintes la pared; dale una brocha y enséñalo a pintar.
Si quieres entrar en los grandes mercados, debes de jugar ese juego; o, aislarte como Cuba, y ponerte a llorar porque el malo es el culpable de tus circunstancias.
Para pactar hay que estar seguro de cuáles son tus valores; en otras palabras, definir por qué vales y cuánto vales. No conformarte con menos. Pero al mismo tiempo, también debes de saber por qué vale el otro y cuanto estás dispuesto a pagar por lo que te ofrece. A veces hay que ceder, y a veces hay que imponerse. Una escuela es la china; otra, la cubana.
Pero si desde el principio pides la limosna, el otro ya sabe que te tiene entre las manos y hará contigo lo que se le antoje. ¿Quieres? Éstas son las condiciones.
Yo necesito de ti, esto; tu necesitas de mí, esto. Se puede pactar en igualdad de condiciones.