Antes de abordar el tema, voy a recomendar un libro de reciente publicación, que precisamente recomienda los libros más importantes de todas las etapas de la historia latinoamericana. La autora: Michi Strausfeld, es una editora que trabaja para una editorial alemana. El libro se llama: Mariposas amarillas y los señores dictadores. América Latina narra su historia. Ahí está todo lo que hay que leer para comprender a los latinoamericanos.
Con mucho menos pretensiones continúo con mi análisis.
Desgraciadamente, la época colonial es demasiado pobre en cuanto a la literatura se refiere. En trescientos años sólo dos autores llegan hasta nuestros días: Sor Juana Inés de la Cruz, y Carlos de Sigüenza y Góngora, del último es difícil conseguir sus escritos. La razón era ese miedo de la iglesia y la corona a que el pueblo se desviara y se dejase influir por las religiones protestantes. La Santa Inquisición; vamos a quitarle lo de santa, era una especie de policía que vigilaba el pensamiento. No hay mucho de donde rascarle. Sobre sor Juana abundan los estudios y sus obras completas son muy fáciles de conseguir en sepan cuantos.
Lo que es verdaderamente rico en documentos es la conquista. Se escribió sobre la hazaña en pro y en contra. Por principio de cuentas, el descubridor y los conquistadores, intentaban probar sus méritos para conseguir que el rey les concediera los premios y nombramientos que creían merecer. Los enemigos escribían tratando de desmentirles.
De Colón tenemos las bitácoras de sus viajes y lo que su hijo, Hernando, escribió. Después, mencionaremos las cartas de Hernán Cortés al rey Carlos V. Posteriormente se cuenta la gesta desde puntos de vista subjetivos: El primero es López de Gómara con Historia de la conquista de México. Muchos no están de acuerdo con lo que dice y le responden. El más importante Bernal Diaz del Castillo con la historia de la conquista de la Nueva España donde intenta demostrar que más de la acción de un hombre fue la acción de todos los que participaron en ella.
De ahí se desprenden las demás historias como la de William H. Prescot.
Posteriormente, se trata de rescatar los elementos de la antigua cultura. El más importante de ellos es Fray Bernardino de Sahagún quien escribe la historia general de las cosas de la Nueva España, una enciclopedia de la cultura náhuatl. También tenemos los escritos de Durán y la Visión de los vencidos; Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, Historia de la nación chichimeca, y Hernando de Alvarado Tezozómoc, crónica mexicana.
Quien no podía faltar es el gran crítico de la conquista, Fray Bartolomé de las Casas. Escribe los indios de México y Nueva España. Trataba de convencer al rey de los males de la conquista queriendo que los españoles dejarán América.
Hay otros autores que habla sobre los primeros logros culturales como Cervantes de Salazar quien escribe México en 1554 y Tumulto imperial.
Desgraciadamente la conquista barrió con todo lo que no entendía, achacándole que eran cosas del demonio. Los códices originales fueron destruidos, los que conocemos se rehicieron en las escuelas de indios como la de Tlatelolco. Esos códices andan por todo el mundo, menos en México. La escritura de ellos, usaban los pictogramas, una especie de historietas donde se narraban los hechos.
Ya antes, los aztecas habían destruido códices porque querían aparecer como el pueblo elegido de los dioses. (La revista de arqueología mexicana, en alguno de sus números reproduce códices. Yo conseguí uno mixteco zapoteco que cuenta la historia de 8 conejo.)
Lo que ha quedado son los monumentos que cuentan a su modo la historia de nuestros ancestros. La arqueología y la antropología son los encargados de traducirnos su mensaje.
En el caso de los mayas tenemos tres libros que son escritos después de la conquista: El Chilam Balam, de diferentes lugares el más conocido el de Coyumel, el Popol Vuh y el Rabinal achi que es una obra de teatro.
Hay que acudir a los investigadores del siglo XX que nos refieren a la época prehispánica, como Alfonso Caso, Ángel María Garibay, Eduardo Matos Moctezuma, Manuel León-Portilla, Enrique Flores Cano y otros. Hay una novelista que a mí me gusta: Sofía Guadarrama Collado. Del Valle Arizpe, autor coahuilense que escribe mucho sobre la colonia; Carlos Pereyra defiende el punto de vista español.