Hago una cita de un libro que no tiene nada que ver con la educación, pero si con la ciencia. Autor, William Ospina. Obra: Pondré mi oído en la piedra hasta que hable. Tema: La vida de Humboldt. Cita: "Ya necesitamos menos teorías o manuales, academias o sistemas, que ejemplos verdaderos. La única pedagogía que sobrevivirá, creo, será la del ejemplo." Pag 358, última página.
Desgraciadamente, la norma opera negativamente. La mayoría sigue los malos ejemplos porque aparentemente te proporcionarán mejores ganancias. La juventud quiere integrarse a los cárteles, ya que dejan mucho dinero, de manera fácil y sin preparación alguna. Lo único que tienes que perder es la dignidad y los principios éticos y morales.
De la política podría decir lo mismo: poder y riqueza, ahí está. El emperador, el rey, el sacerdote, el ministro, son sustituidos por los nuevos líderes en busca del poder absoluto y la riqueza frente al mismo pueblo sin voluntad alguna a quien nunca le piden su opinión sobre las cosas y siempre le obligan a hacer lo que no quiere hacer y conformarse con las sobras que caen de la mesa.
Las nuevas iglesias que hacen fortunas millonarias, y las viejas siguen sin resolver los viejos vicios que giran en torno a los votos de castidad y pobreza. Los secretarios sindicales que se vende a la patronal; el faro que los guía se llama Fidel Velázquez. Los partidos que defienden principios ecológicos sin importarles lo que pasa en la península de Yucatán; o las personas que en un momento dado están a la derecha y de repente tienen una iluminación y se hacen de izquierda; pero seguramente tendrán a sus hijos en escuelas confesionales, porque las del estado, las federales y las Benito Juárez no están a su altura; o los mandarán a estudiar fuera; no a China, a Cuba, a Corea del Norte, sino a Inglaterra o a los Estados Unidos para que tengan acceso a las universidades más conservadoras del mundo. De perdis, al Tec.
El título es un papel que representa estatus y no conocimiento, ni preparación moral o ética. No puede suplir al hombre que lo porta. El hombre se forma con el ejemplo: Si el padre explota, el hijo posiblemente explote a sus trabajadores; si soborna, el hijo tenderá a lo mismo; si roba, si busca paraísos fiscales, si miente, si soborna, si se deja sobornar, si lava dinero, etc., el hijo andará por las mismas rutas, a pesar de la escuela, la universidad, de la iglesia a la que pertenece.
Los maestros que te enseñaron, fueron quienes con el ejemplo te mostraron lo que deberías de hacer. Los grandes míos, Rosales, el inge Castro, Óscar Reynald; ese, sobre todo. En la uni, Paco Prieto que daba con pasión sus clases. El único que me hizo llorar en una de ellas. Aurotita, la de Literatura Española, era de Gómez Palacio y daba clases en la Ibero, México, admiraba la pasión que ponía al hablar de Cervantes.
Con algunos aprendí más en la cafetería que en el salón de clases: Juan Manuel Torres. En el campo de la escritura, Amparán: Era un apasionado. En el campo de la didáctica, Zarzar, otro apasionado, aunque pocas clases me dio.
En la vida: mi padre y mi madre; que no fueran ni cualquier padre ni cualquier madre. Quienes los conocen no me dejaran mentir. Los errores que he cometido en mi vida, son míos no de ellos. Entre mis hermanos, Emilio, el mayor, por su rectitud y su afán de mantener la unión en la familia. La voluntad de mis dos hermanas, emprendedoras. Miguel me sorprende por su afán de conocer el mundo, su admiración por el paisaje y el arte, su inteligencia empresarial. Es de los que trabajan para vivir bien; Ricardo, es de los que son nobles con sus amigos, tiene una relación maravillosa con sus hijas, y sobre todo con su hijo, el Richard. Ayuda a quien puede ayudar. Me falta el menor, su habilidad técnica es la mejor de todos los hermanos. A todo le entra.
No enseñan con palabras, sólo son ejemplos.
Te enseña un buen político que hace obra; pero también te enseña un mal político que roba. Te enseña con el ejemplo una religiosa, como la madre Josefita que estaba entregada a su institución; pero también te enseña un mal religioso que viola o se hace rico con su ministerio.
Los de texto pueden ser importantes; lo son más, esos libros de vida que rodean a tus hijos, comenzando por la familia, el barrio, los amigos.
Me enseñas mi hijo. Él lo hace a diario; mis amigos, el valor de la amistad: Rafael, Enrique, el chino.
Son lecciones gratuitas.