Un fenómeno social lo que ha provocado los libros de texto. Ningún otro libro ha sido causa de tan inusual controversia. Best seller nacional; perdón, no se vende en ninguna parte, pocos lo tienen en sus manos, todos repiten las dos o tres nociones que alguien ha dicho sobre ellos, sin tener en cuenta los contextos. No creo que exista un análisis serio de los mismos y mucho menos que todo mundo conozca de didáctica.
Por principio de cuentas, el método por proyectos no es nuevo ni lo inventó la 4T ni es socialista. Ese método, o al menos algo parecido, lo apliqué en mis clases prácticas de la universidad; en una se tenía que hacer una película desde el guion, en otra una campaña de publicidad desde su etapa de investigación y en otra, una empresa que tuviera que ver con el área de comunicación. Esa fase práctica tenía su base teórica, parte que yo daba o que ellos tenían que investigar. Se iba calificando las fases de elaboración.
Como nueva metodología, el maestro necesita comprometerse con ella, sobre todo cuando significa más trabajo. Pero también, el alumno tiene que identificarse con lo mismo y entrar al juego, para que funcione. Cuando ellos descubren la manera de hacer trampas para evitarse los esfuerzos, cualquier sistema falla. El problema es social. El conocimiento ya no es un valor; poder y tener, lo son, con el mínimo esfuerzo, más.
Todo mundo opina sin saber. La Academia de la Lengua no impone una forma de utilizar el lenguaje; detecta su uso y lo expresa. Lo que dice no es ley. El uso tiene que estar muy generalizado para que lo divulgue. El lenguaje es un instrumento social, cambia todos los días por diferentes circunstancias. En la laguna somos muy proclives al dijistes, vinistes. Como muchos lo usan, te acostumbras a ello; en el lenguaje, la costumbre se hace ley y es lo que detectan los académicos de la lengua. Pero de pronto, se presumen profundos conocimientos de lingüística, semiótica, gramática; y muchos siguen afirmando que la coma sirve para respirar; lo cual es falso.
Esto, más que nada, es una discusión ideológica; entre sordos. Nadie va a convencer a nadie puesto que es el sistema global lo que se ataca. Es una discusión enfermiza, nada sabia. La educación en México está en la calle por la culpa de todos y seguirá estando en la calle.
Vuelvo al contexto: según Salinas, sale en defensa de los valores familiares y lo dice desde una empresa que se vale de la explotación morbosa de la noticia, el melodrama y de ofrecer ínfima calidad a un público de clase media, media baja. Me sorprende la forma en la que se expresa de sus clientes potenciales. Hay que comenzar por la casa de uno mismo.
La cuestión sexual es difícil de resolver porque ha sido un tabú. No estoy de acuerdo en lo que dicen que es la proposición de los libros de texto; pero tampoco seguir afirmando que los niños vienen de París. Cuando mi hijo tuvo esas inquietudes, a los doce años, dibujaba muy feas mujeres desnudas. Mi esposa y mi suegra pusieron el grito en el cielo y me llamaron para que representara a la santa inquisición. Desde ahí adiviné que mi hijo no tenía vocación de dibujante ni de pintor. Había comprado una enciclopedia de pintura; busqué desnudos del renacimiento, la Venus, la Maja desnuda y se los enseñé. Lo único que le dije fue: las dibujas muy feas, éstas si están bonitas. Ahí te dejo los libros para que los veas. Me valió lo que ellas dijeran.
Lo mas bello que hay en el mundo es el ser humano, que se forma a partir de un óvulo y un esperma. Que tiene 9 meses de gestación, para nacer y vivir la aventura maravillosa que es la vida. El problema no es parir, sino educar a ese niño y hacerlo útil. El sexo es un problemón que social y gratuitamente la humanidad se ha inventado. ¿Quién te dijo que estabas desnudo?
Lo demás es ideológico. No hay posible entendimiento. Defenderé la libertad a la manera del liberalismo, porque es la única forma de retroceder cuando das un mal paso; cosa que es imposible en Cuba y en Corea del norte; en Nicaragua, ya lo vimos con Ortega.
En otro tema, no se hagan tontos; desde el siglo XIX se ha escrito sobre las masas. Pueden ser libros elitistas, como el de Ortega y Gasset. Al pueblo es muy fácil sugestionarlo, dirigirlo, dominarlo. Napoleón fue emperador mientras ganó guerras; mientras le dio una razón de ser a los franceses. Cuando perdió, le dieron una patada para destronarlo; fueron los ingleses. Esto ya se convirtió en una guerra emocional. La gente común no piensa, siente. Hay cosas que se quedan en el tintero. (El nombre de la columna es de una obra de teatro de Emilio Carballido).