Para unir los dos cuentos anteriores, hay que hablar de dos habilidades humanas: la curiosidad intelectual y el desarrollo de la tecnología. La primera consiste en no dar nada por sentado, poner todo en duda, de mostrar la veracidad de los conocimientos. En la ciencia se habla de teorías que es la explicación de los fenómenos con los datos que se tienen hasta el momento. Un nuevo dato puede echar abajo una teoría; es lo que pasó en el Renacimiento, la concepción de la Tierra como centro de universo cambio a heliocéntrica; la Tierra fue remplazada por el Sol; lo mismo, el movimiento terrestre y la redondez de nuestro planeta. Esto no fue fácil ya que hubo que enfrentarse a los poderes religiosos que basaban muchas de sus concepciones en las viejas teorías y aceptar las nuevas ponía en duda la veracidad de la fe. A fin de cuentas, la Tierra se mueve alrededor del Sol.
La Tierra redonda hacía posible que partiendo por el poniente, se podía llegar hasta oriente. Lo que hacía falta era desarrollar un modo de poder guiarse a través del mar. Los portugueses resolvieron su problema costeando el África. La costa les marcó el camino. A través del Atlántico hubo que desarrollar instrumentos de medición como el sextante, la brújula, el cuadrante, etc. Lo mismo que desarrollar los conceptos de latitud y longitud; teniendo como referencia el Meridiano de Greenwich y el Paralelo del Ecuador. Se trabaja a base de coordenadas para establecer un punto geográfico. Algunas estrellas servirán para establecer dichas medidas y de esa forma establecer rutas; lo más importante, realizar mapas. Hoy, esas medidas las puedes obtener en Google Maps.
También había que mejorar los medios de locomoción. No era lo mismo navegar en el Mediterráneo o en los mares interiores, que en el Atlántico o en el Pacífico. La embarcación que se utilizó para cruzar los océanos por primera vez fue la carabela, ya que podía navegar contra el viento. Podía transportar mucha mercancía, con lo que era fácil abastecerla de suficientes provisiones.
Otra tecnología fue la del velamen. Había dos tipos de velas, principalmente, la latina, triangular, y la cuadrada, cuando se combinaban las dos, la carabela era redonda.
Otro de los conocimientos a desarrollar fue el de los vientos, ya que estas embarcaciones dependían de ellos para su locomoción. Corrían el riesgo de llegar a lugares donde no había vientos y había que esperar a que surgieran de alguna parte para poder moverse. El otro peligro fueron los huracanes que llenaron el fondo del mar de muchas embarcaciones. También era necesario conocer las corrientes marinas.
El conocimiento se fue acumulando para definir cuáles eran las épocas más apropiadas para navegar con menores peligros y establecer la ruta más apropiadas para atravesar de un continente a otro.
Otros problemas a resolver eran las enfermedades que se producían en los viajes largos como el escorbuto. Era necesario la buena provisión de cítricos. Lo mismo que la provisión de agua y elegir los alimentos que no se echaran a perder. La forma de dormir en un barco. América aporto la hamaca y el pan de casabe.
Se dice que los Vikingos fueron los primeros en llegar al continente americano, lo cual es cierto. La segunda cosa que es cierta es que o no se dieron cuenta de lo que habían hecho o no se lo dijeron a nadie. Como si no hubiera sucedido porque no impactó en el conocimiento europeo. Tenemos que recordar que los vikingos también conquistaron algunas regiones europeas como Inglaterra, regiones de Francia, llegaron hasta Kiev. Son el antecedente de los normandos. De alguna forma, las noticias pudieron haberse dado; pero no se dieron.
Así que, no hay que quitarle el mérito a quien lo tiene. No es fácil viajar a lo desconocido sin tener ninguna seguridad. Los viajes al espacio de nuestros días están respaldados por mucha información y tiene muchas seguridades; aquellos, no. Tan es así, que se recurrió a las prisiones para conseguir marineros.
La historia está hecha por los hombres quienes cuentan con muchas debilidades. Colón tenía varias deficiencias humanas, seguramente estuvo muy lejos de ser considerado para la santificación. Vamos a reconocer que no descubrió nuestro continente, se topó con él en su camino a Asia, y no lo supo. Los sucesivos expedicionarios se dieron cuenta de que el mapa resultante no tenía que ver con Asia; por los mapas de Américo Vespucio, lo llamaron América.