En Veracruz se funda el primer ayuntamiento. Tenía que haber una base legal para que Cortés pudiera desligarse de Velázquez. No todos los que iban con él estaban de acuerdo. Para no dejar problemas a sus espaldas, mando a inutilizar las bergantinas que le habían servido en la navegación. Sólo dejó uno para mandar a Francisco de Montejo con su primera carta.
Una vez organizado, decidió marchar hacia el gran imperio del que los indígenas hablaban con miedo y quejas. Su primera parada fue Cempoala gobernada por un rey gordo. Dio la casualidad de que estaban los cobradores de impuestos aztecas. Cortés los enfrentó, haciéndoles temer a sus mosquetes; Después se mostró conciliador, diciéndoles que se adelantaran con su jefe para que prepararan todo para recibirlos. Quedó bien con el gordo a quien le pidió que se deshiciera de sus ídolos y aceptara la cruz.
Después, se dirigió hacia Tlaxcala. Era el pueblo principal donde se llevaban a cabo las guerras floridas. Tuvieron un primer enfrentamiento donde se impusieron los españoles. En el segundo, se decidió un pacto con ellos. Xicoténcatl el viejo, era el jefe principal. No todos estaban de acuerdo, sobre todo su hijo, del mismo nombre, quien desertó. Tiempo después fue perseguido y muerto.
Por parte de Moctezuma comete muchos desaguisados. Para ahuyentarlo, les conceden todo lo que le piden, y los atraen más. La superstición lo influencia, los pájaros con espejos, la llorona, la piedra que se cae y habla. Se quiere refugiar en una cueva.
Por el pacto que hace con los tlaxcaltecas, Cortés los convierte en su ejército. De ahí parten hacia Cholula. Los reciben en la ciudad y después la cierran. Hay rumores, en todas partes hay rumores. Se sienten amenazados, Cortés se adelanta y es cuando ordena la matanza de indígenas, que todo el mundo le va a criticar, a cien años de distancia, a quinientos años de distancia.
Los españoles, pocos, en el ejército tlaxcalteca no podían tener mucha confianza. Se encuentran rodeados de lo desconocido, y hay un dicho que dice, la mejor defensa es el ataque. Tenía que imponer su mano dura.
De ahí continúa hacia la gran capital. Moctezuma le sigue poniendo trabas y todas las destruye al conquistador. Entra por la calzada de Iztapalapa. Moctezuma lo recibe con todo su boato. Lo invita a entrar en la ciudad y le da como vivienda el palacio de Axayácatl.
De lo que se dan cuenta los españoles es de la gran riqueza que existe ahí; Además del oro, que se les vuelve más obsesión y las obras de arte las comienzan a convertirse en lingotes, ya habían conocido el gran zoológico, la variedad de vegetación y sobre todo el mercado. Las descripciones en las cartas, en Bernal, en Sahagún y los diferentes cronistas, son una muestra de ello.
Aunque habían logrado su cometido, sentían un ambiente sumamente denso. Pocos españoles rodeados de indígenas. Para empeorar la situación, a Moctezuma le avisaron que había otros barcos en la costa y que habían desembarcado. Era Pánfilo de Narváez quien venía apresar a Cortés por haber sido revelado en contra de Velázquez.
Hernán era un hombre decidido. Fue a enfrentar a Pánfilo, encargándole, desgraciadamente, la gran Tenochtitlán a Pedro de Alvarado, un hombre que nació sin estrella. Mientras que Cortés iba en pos de quien venía por él, cometió un error gravísimo. Había permitido que se realizara una ceremonia de los indígenas; pero cuando se llevó a cabo, temió y ordenó acabar con la ceremonia por medio de una matanza. Aquello no era Cholula, las consecuencias fueron gravísimas. Cuando Cortés regresa, la ciudad está sitiada por los indígenas. Tienen que entrar de noche. Apresan a Moctezuma para a través de él controlar al pueblo. Sin embargo, los aztecas repudian a su tlatoani y lo abuchean. A los españoles ya no les sirve para nada. A Moctezuma lo apedrean. Después muere.
Cortés decide escapar de la ciudad. Cuando lo hacen, son descubiertos y perseguidos por los aztecas. Viene el mito de la noche triste (yo hubiera llorado en ese y en todos los árboles que me operaron en el camino). Regresan a Tlaxcala, donde deciden reorganizarse. Si ya había tomado la gran capital por las buenas, ahora había que tomarla por las malas.
Bibliografía: Las cartas de Cortés a Carlos V. Historia de la Conquista de México de Francisco de Gómara. (Éste es el libro que comienza la polémica de las crónicas).