(RAMÓN SOTOMAYOR)
El telón se levantó este miércoles en el Teatro Nazas. Una estructura colgó sobre el escenario, debajo aparecieron los actores (Ana Luisa Aguilera, Ana Parinalda, Esteban Martínez, Bayron Norman y Fran Cacho), uno de ellos vestido como luchador dorado y enmascarado. Así comenzó la dramaturgia de Pequeña nube de Magallanes, obra cuya autoría recae en Luis Ayhllón, que resultó ganadora del Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes Perla Szuchmacher 2020 (entregado por el INBAL y el Teatro Isauro Martínez) y cuyo montaje en Torreón es dirigido por el maestro Boris Schoemann, fundador de la compañía Los Endebles.
Por la mañana, se ofrecieron dos funciones al público escolar, mientras que por la noche se realizó el gran estreno en punto de las 20:00 horas. Se trata de un proyecto compuesto por siete historias narradas en el marco aproximado de una hora, dirigido al sector adolescente, pero que también tiene la propiedad ser disfrutada por adultos.
Hace meses, Schoemann impartió un taller en el Teatro Nazas. Trabajó con 32 alumnos y doce de ellos forman parte de esta obra. En escena, sólo actúan cinco actores con la capacidad de interpretar a varios personajes a la vez, como si las voces se entrecruzaran en distintos cuerpos, pero con un mismo sentido lúdico.
La escenografía es sencilla, pero enriquecedora. La paleta de colores incluye tonos azules y ocres, los colores del cielo y del sol. Y es que la nube que representa la estructura colgada realiza movimientos cada que se cambia de historia, como una especie de telón espacial que refleja las luces del escenario.
Los temas abordados tratan sobre los problemas a los que se enfrentan los adolescentes en la actualidad: la muerte, el machismo, la discriminación, la violencia intrafamiliar, la exposición de la vida privada en los medios de comunicación, el suicido, la imaginación a través de la lectura, entre otros. En apariencia escenas inconexas, el hilo conductor radica en esa brújula capaz de guiar a los personajes en medio de la incertidumbre.
¿Un luchador puede despertar la imaginación? ¿Qué tal si un xoloitzcuintle nos guía al inframundo para ver a nuestros seres queridos? ¿Qué hay de la discriminación y el acoso a través de las redes sociales? ¿Por qué se ha escurrido la vida privada en los medios masivos de comunicación? ¿Qué tan valioso es el anonimato? ¿Qué hacer cuando un amigo se ha ido de una manera que no podemos explicarnos? Todas son preguntas arrojadas a la nube de Magallanes.
El nombre de la obra responde a la una galaxia irregular, cercana a la Vía Láctea, ubicada a 200 mil años luz de la Tierra. Llamada también NGC 292 en el catálogo galáctico, fue documentada por Antonio Pigafetta en el viaje náutico realizado por Fernando de Magallanes en 1519.
En el último relato, los personajes trepan un ahuehuete con dirección a la nube de Magallanes. Podría interpretarse también como una metáfora de libertad (concepto relacionado a la juventud): la elevación del arte escénico a otro nivel de la naturaleza humana.
Pequeña nube de Magallanes resultó beneficiada con el estímulo federal EFIARTES 2022. Se ofrecerán funciones los días 5 y 6 de octubre a las 20:00 horas, así como el 7 de octubre a las 19:00 horas.
