Greenpeace asegura que es un desastre para el mar. (ARCHIVO)
El gobierno minoritario de centroizquierda noruego y dos grandes partidos opositores acordaron el martes abrir el Océano Ártico a la exploración submarina de minerales a pesar de las advertencias de los ambientalistas de que amenazaría la biodiversidad de los ecosistemas vulnerables de la zona.
Noruega dijo en junio que quería abrir partes de su plataforma continental a la minería comercial submarina, una medida acorde con su estrategia de buscar nuevas oportunidades económicas y reducir su dependencia del petróleo y el gas.
El director de Greenpeace Noruega, Frode Pleym, dijo que la decisión significaba un "desastre para el mar" y que la minería tendría lugar en "nuestra última naturaleza silvestre".
"No sabemos qué consecuencias tendrá esto para los ecosistemas del mar, para especies en peligro como las ballenas y las aves marinas, o para las pesquerías en las que se basan nuestros medios de vida", dijo Pleym.