El 8 de octubre de 2017 fue el último día en que doña Rosario tuvo comunicación con su hijo.
Por casi seis largos años, María del Rosario Orona ha esperado poder trasladar el cuerpo de su hijo de la ciudad de Chihuahua a ciudad Lerdo, luego de que fuera localizado en una fosa común.
El 8 de octubre de 2017, fue el último día que doña Rosario tuvo comunicación con su hijo Jorge Luis Cardiel, de entonces 39 años de edad. Se encontraba en Chihuahua donde empezaría a trabajar en la obra.
Compartió que fue a las 4:15 de la madrugada de ese 8 de octubre, que su hijo le llamó desesperado porque unas personas lo venían siguiendo. Al ser alcanzado, no le quedó más que despedirse de su madre. Después de esa comunicación, nadie más contestó su celular.
Con la esperanza de localizarlo, la madre se trasladó a la ciudad de Jiménez para presentar la denuncia por desaparición. En el mes de febrero del año siguiente (2018), su hija viajó a ciudad Juárez, en donde la Fiscalía le mostró fotografías de algunos cuerpos, sin lograr identificarlo.
Fue hasta el mes de agosto, que la autoridad del Estado de Chihuahua, le informó que habían localizado un cuerpo que cumplía con las características de su hijo.
La madre de familia viajó hasta el estado vecino de Chihuahua para realizar unas pruebas de ADN.
Tras dar positivo, la autoridad le preguntó si quería llevarse a casa el cuerpo de su hijo o decidía dejarlo en aquella ciudad, a lo que la mujer le dijo que lo quería de regreso a casa.
La Comisión Estatal de Víctimas de Chihuahua en todo momento brindó su apoyo.
Sin embargo, los meses pasaron y la pandemia llegó, frenando todos los trámites para trasladar su cuerpo.
Ante tal situación, la autoridad estatal le informó que debería esperar para iniciar los trámites nuevamente, pues el cuerpo de su hijo, ya en descomposición, podría contaminar el medio ambiente, por lo que debía esperar, y así lo hizo.
LA CONFIANZA EN TRAERLO
Ahora, a casi seis años de la muerte de su hijo, doña Rosario confía en que esta vez las autoridades de Chihuahua faciliten los trámites y pueda tenerlo de regreso en su tierra, y darle cristiana sepultura.
Aunque, recordó que en el 2019, se solicitó el apoyo de las autoridades estatales de Durango, a través de la representante de grupo Vida, Silvia Ortiz, para trasladar el cuerpo de Jorge Luis, lo cual no sucedió.
Ahora que las autoridades del estado de Durango cambiaron, espera recibir el apoyo que necesita para realizar el traslado.
"No puedes andar de aquí para allá", dijo triste la madre de Jorge Luis, pues tras lo sucedido, primero con su desaparición y después con el hallazgo de su cuerpo y posteriormente con la problemática que se generó para su traslado, doña Rosario enfermó.
Tras una caída se dañó sus piernas, además enfermó de los pulmones y otra serie de problemas de salud, que le impiden estar de un estado a otro, para lograr recuperar a su hijo.
Durante esta larga espera, año con año, doña Rosario le monta un pequeño altar a su hijo, colocando sus veladoras, sus fotografías y la comida que más le agradaba, como el huevo estrellado con chilaquiles verdes, para recordarlo.
Doña Rosario, solo espera que las autoridades tanto de Chihuahua como de Durango, al ser originarios de ciudad Lerdo, faciliten los trámites para el traslado y pueda ella hacerse de un espacio en el cementerio para el eterno descanso de su hijo, ya que en el 2018 perdió el espacio que había adquirido, ante las dificultades que presentó y que aún persisten.
