El sentimiento de inseguridad que se genera dentro de un espacio urbano hace referencia a la sensación de temor o miedo que pueden experimentar las personas al vivir en un entorno en el que se percibe una mayor amenaza de delincuencia, violencia o peligro. Las principales causas se deben a la alta tasa de delitos en una zona determinada, la precariedad en los servicios públicos, la falta de vinculación por parte de las corporaciones de seguridad, también por la presencia de conflictos políticos o sociales y, además, por eventos mediáticos de índole criminal. Es importante identificar a través de instrumentos cuantitativos y cualitativos la percepción de inseguridad que mantiene la población en un espacio-tiempo determinado. En México la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) se encarga de identificar de manera trimestral la realidad del país en materia de seguridad pública en 75 ciudades del país.
De acuerdo con la ENSU en septiembre de 2022, cuarenta y cuatro de cada cien de los habitantes de la Zona Metropolitana de la Laguna se sentía inseguro de habitar en su espacio inmediato, mientras que a nivel nacional sesenta y cuatro de cada cien mexicanos se sentían inseguros en su ciudad. En ese sentido, actualmente la población en la Laguna se siente más segura, ya que en el año 2017, setenta de cada cien laguneros percibían inseguridad mientras que en el plano nacional setenta y cinco de cada cien ciudadanos consideraba que, en términos de delincuencia, vivir en su ciudad era inseguro.
Gabriel Kessler en su libro El sentimiento de inseguridad. Sociología del temor al delito (2009) nos invita a reflexionar el problema a partir de dos posibilidades: el miedo al crimen y la sociedad del riesgo. La primera se concentra en estudios cuantitativos sobre el impacto criminal, mientras que la segunda se enraíza en las narrativas que producen exclusión y desigualdad. Esto se traduce al cambio de experiencias que mantiene la comunidad dentro de un contexto, es decir, la comparativa temporal o espacial es lo que determina que las rutinas y cotidianidades puedan efectuarse sin el riesgo de sufrir un delito.
A menudo, se pueden tomar medidas para abordar y reducir el sentimiento de inseguridad urbana, como la implementación de programas de seguridad ciudadana o la mejora de la infraestructura urbana, así mismo Kessler encuentra también la posibilidad de contener tal situación a partir de cuatro ejes como es el educativo, represivo, laboral y el cumplimiento de la ley; si bien, no son mutuamente excluyentes, los recursos políticos, sociales y culturales para efectuarlos tienen sus particularidades y requerimientos específicos.
La inseguridad criminal puede afectar gravemente la calidad de vida de las personas y puede tener un impacto negativo en la economía de una comunidad. Por lo general, se requieren esfuerzos a nivel gubernamental y comunitario para abordar y reducir la inseguridad criminal.
Fernando.Araujo@IBEROTORREON.EDU.MX