La empresa familiar ha sido desde los inicios la columna por la que descansa la economía del país. En la actualidad existen gran número de empresas familiares amenazadas por factores externos e internos: como crisis recurrentes, las nuevas tecnologías y la globalización, aunado a esto, la amenaza de las relaciones familiares, llevándose los sueños y el patrimonio de mucha gente, y por consecuencia el negocio de su propiedad, además de aumentar el desempleo y la inestabilidad social que ya padecemos.
En México, las empresas familiares contribuyen cuando menos con el 85% del Producto Interno Bruto (PIB), y representan el 90% de las unidades de negocio que hay en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Lamentablemente, la mayoría de las compañías no sobreviven al fundador, solo una tercera parte llega a la segunda generación y poco más de un 10% sobrevive hasta la tercera generación, según las estadísticas que se tienen en los últimos años. Uno de los aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta para poder manejar la empresa familiar sin conflictos es saber separar la relación familiar de la laboral. Aprovechar la confianza y el vínculo creado entre los miembros de la familia es adecuado para llevar a cabo una buena gestión del negocio. Pero, trasladar los problemas y conflictos familiares a la organización de la empresa puede suponer el fracaso de la misma. Es importante comprender que un negocio no debe gestionarse igual que una familia. A pesar de trabajar con los miembros de la familia, durante el horario laboral todos son compañeros de trabajo y, fuera de él, padres e hijos, hermanos, tíos y sobrinos, etc. Esto quiere decir que es conveniente separar los tiempos y establecer unas horas para trabajar y otras para el tiempo libre.
En muchas ocasiones las empresas familiares ofrecen a los miembros de su familia un trato privilegiado respecto al resto de trabajadores de su mismo rango, hecho que perturba a la plantilla. Para evitar un descontento de los trabajadores y mantener la productividad es importante que todos los integrantes de un mismo nivel laboral tengan el mismo trato.
Una de las principales causas de conflicto en una empresa familiar es la falta de un objetivo común, ya que esto provoca que cada integrante de la familia tenga su propia meta, pudiéndose rebelar contra todas las decisiones que tomen los demás si éstas no le ayudan a conseguir su objetivo. Por tanto, es esencial definir una visión y consensuarla con todos los miembros. Así, las necesidades personales pasan a un segundo plano. Dicho de otra manera, de esta forma el "yo" deja paso al "nosotros".
Los conflictos en las Empresas Familiares se dan porque dentro de ellas conviven dos sistemas que son muy diferentes, el sistema Familiar que funciona con la lógica de la "Donación" donde priman los aspectos emocionales, las necesidades familiares y la estabilidad; y el Sistema Empresarial donde funciona la lógica de la "Equidad" y se prioriza los resultados del negocio, las necesidades de crecimiento de la empresa, y la capacidad de manejar los cambios.
En México, como en el resto del mundo, las empresas familiares son un gran generador de riqueza, empleo e innovación. De esta manera, se originaron consorcios industriales de alcance global, construidos por una familia. Desafortunadamente, no todas esas iniciativas llegan a consolidarse. El camino es arduo y hay muchos obstáculos, por eso la importancia de estudiarlos, reconocerlos y encontrar soluciones. Las empresas familiares son el principal motor de la economía, sin embargo, para prosperar, enfrentan grandes retos y una alta mortalidad. La mayoría nace con el fin de generar trabajos y patrimonio, pero necesitan fortalecerse para sobrevivir.
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