Por más que le quieras hacer al Franco de Vita, por aquello de “seré un buen perdedor”, se siente gacho, muy gacho, cuando se tuvo la oportunidad de ganar los dos juegos para romper la penosa racha de más de siete décadas sin ser campeón. Juego cinco en Puebla, llegas a la séptima con ventaja de cinco carreras a una, Braden Webb había tenido una salida de calidad al permitir solo una carrera en cinco y un tercio, pero un usualmente efectivo Jake Jewell tuvo un relevo desastroso al llevarse tres carreras, Pepe Torres también desentonó y el cerrador Thomas McIlraith terminó cargando con la carrera que le dio la vuelta al score y se llevó la derrota. A nueve outs y ganando por cuatro, a la basura.
Serie tres a dos en favor de Pericos que le dio la vuelta cuando perdió los dos primeros partidos. De regreso a Torreón, juego seis, electrizante duelo, Yoimer Camacho quien ya había lanzado un juego sin hit ni carrera el pasado tres de junio, coqueteaba con una joya similar el viernes pasado, pero cerrando la sexta Allen Córdoba le rompió el encanto con sonoro doblete, que impulsó a los Algodoneros a salir de la trinchera donde los tenían agazapados. Los Algodoneros anotaron cuatro carreras para remontar e irse arriba cuatro a dos.
Así llegaron a la octava, Jewell lució intransitable retirando a los tres sin ninguna dificultad incluyendo un ponche. A tres outs del juego siete por la Serie del Rey. Cheo Molina fiel a su fórmula de manejo de bullpen se la juega con un McIlraith esperando que salve el juego con lo que le queda de gasolina en el tanque después de unos playoffs muy demandantes. El rubio confirmó de inmediato que no traía nada en la bola, sin poder imponer su velocidad, ya no le alcanzaba a llegar la pelota y cuando haciendo un esfuerzo pasaba de las noventa millas eran lanzamientos descontrolados. Tres bases por bolas, solo pudo sacar un out y eso por el toque de sacrificio de Leo Germán, un auténtico derrumbe de un brazo exprimido.
Con la casa llena Danny Ortiz que había cometido un tremendo error en el jardín izquierdo al perder un elevado que terminó de un bote del otro lado de la barda y abrió la puerta a los Algodoneros, venía por la revancha y da sencillo productor de las del empate ya contra Jeff Ibarra relevista zurdo, Adames lo imita con otro incogible productor y Pericos le da la vuelta otra vez, rompiéndole el corazón en mil pedazos a la fanaticada guinda. Elkin Alcalá retiró en cuatro bateadores el cierre del noveno y como cuando suena el despertador para irte a jalar un lunes muy temprano, así se sintió, abrupto despertar a la cruel realidad, serán 74 años ahora, ni hablar. Abrimos hablando de intentar ser un buen perdedor, como la canción del venezolano Franco de Vita, si lo somos, al caer el 27 nadie se portó mal con los visitantes que junto con algunos de sus familiares saltaron al terreno lleno de júbilo, no teníamos ánimo ni para buscar pleito, además no venía al caso, los Pericos terminaron ganando cuatro seguidos, algunos tintos en sangre.
Ellos sí que fueron los buenos perdedores, muy buenos, por cierto. Venían de perder la serie contra el Águila después de ganar los tres primeros, apenas la tercera vez en la historia que sucedía esto, el reglamento les permitió avanzar, Diablos, el mejor equipo de la liga y Leones campeón defensor fueron sus víctimas para llegar a la serie del Rey. Altamente meritorio. Nunca estaremos de acuerdo con aquello del “mejor perdedor” algo así como que el lugar doce califica en el fut. Este sistema echa a perder la magia y dramatismo de un juego siete en playoffs, como ocurrió entre Sultanes y Algodoneros que sabían que pasara lo que pasara ya estaban los dos en la siguiente ronda. Al menos Unión Laguna ganó esa serie.
¿Qué nos queda? Muchachos no es poca cosa ser los campeones del Norte, hay muy fuertes equipos en esa zona y dejar en el camino a Sultanes, Toros y Tecolotes para llegar a la gran cita amén de ser los mejores sobre equipos que aunque no han tenido una buena temporada son siempre competitivos como: Acereros, Saraperos y Generales, es satisfactorio, al final ganaste 63 juegos en el año, conquistaste y creaste un vínculo con tu afición que deberá de subsistir por muchos años, por eso y muchas cosas más, felicidades a nuestros Algodoneros del Unión Laguna. ¿Qué nos queda? Sentirnos orgullosos de nuestro equipo, solo eso.