Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

La columna del perro

La columna del perro

Salvé mi matrimonio

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

Una señora, me platicaba que por descuido su perro labrador de nombre Boby se le había escapado, y me decía que ella quería al perro de una forma "normal" pero que sus hijos y sobre todo su esposo lo querían una exageración.

Yo con el paso de los años, entiendo menos lo de ser "normal" pues todo es relativo, comparado ¿con qué? o ¿con quién? o ¿con cuánto? o ¿desde qué punto de vista? pero en fin he llegado a la conclusión de que "normal" es lo que la mayoría hacemos como costumbre en la sociedad.

Volviendo al tema la señora en cuestión me decía que ella había tenido un disgusto muy grande con su esposo, ya que sin quererlo era la responsable de la pérdida del Boby, y su esposo se los recordaba a cada rato.

Pasaron varios días, y el Boby no apareció, la señora puso anuncio en el periódico y cartelones por el rumbo de su casa, y salió por días a buscar a su perro.

La relación con su esposo no mejoraba ya que él seguía molesto, serio y triste.

Al cumplirse una semana de perdido el Boby, la señora por la mañana recibió una llamada a su celular, de un niño que le decía que se había encontrado un perro con las características descritas en el anuncio que ella había publicado en El Siglo, pero la señora tenía sus dudas de si era o no el Boby, pues lo habían localizado por el rumbo de la colonia Ampliación Los Ángeles, muy distante del lugar de donde el Boby se salió de su casa.

La señora, de cualquier manera fue para identificar si era o no el Boby, y cuál no sería su sorpresa que al abrir la puerta de la casa de donde habían encontrado el perro, salió un ejemplar de la raza labrador, sucio, delgado y con una herida en la pata trasera izquierda, pero al ver éste a su dueña inmediatamente la reconoció y se le abalanzó al verla, lamiéndola y brincando para demostrarle su cariño, sin importarle, el dolor de su pata herida.

La señora también lo reconoció, pero aun así buscó en su hocico, pues su perro el Boby tenía un colmillo quebrado y sí efectivamente era su perro, tenía el colmillo quebrado. Después de agradecer y gratificar al niño que lo encontró, subió al Boby a su automóvil, lo llevó al veterinario donde curaron su herida y lo bañaron, llevándolo posteriormente a su casa.

Al medio día le dio a su esposo junto con el Boby la bienvenida a su casa, el señor emocionado acaricia al Boby, después abrazó a su esposa en agradecimiento y le dijo: "no creas que quiero más al Boby que a ti, a ti te quiero más que a nadie, pero si te agradezco que respetes y comprendas el cariño que le tengo a los animales, especialmente a mi perro".

Y ahora para terminar una gota de filosofía.

Vive intensamente el presente.

Piensa mucho en el futuro.

Pero perdona, y nunca olvides el pasado.

Leer más de Columnas Social

Escrito en: La columna del perro columna sociales

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2178678

elsiglo.mx