Hace algunos años por el rumbo de la compañía cementera transitaba en su automóvil la señora Martha junto con su hijo Ricardo, quienes son personas muy trabajadoras y además procuran siempre que pueden hacer buenas obras, entre otros ayudan a los seres desvalidos, incluyendo los perros.
Al circular por aquel sector se percataron que un perro de la raza chihuahua de color café, corría persiguiendo a un "triciclo" y por más que lo intentaba, se quedaba más rezagado.
La señora Martha alcanzó a la persona que manejaba el triciclo para informarle que se le había bajado el perro, que lo esperara, la respuesta fue rápida, contundente y por demás ingrata e inhumana, lo vine a tirar porque ya no lo quiero y todavía haciéndose el enojado, se alejó, refunfuñando como si lo hubieran ofendido al reclamarle su proceder.
Por casos como este, les digo a los benefactores de los animales, que "No basta" con recoger perros de la calle o con recoger basura que algunas personas tiran todos los días, pues un acto aislado aunque benéfico por sí solo no repercutirá en la sociedad en general. Pues esto, de seguir así "es el cuento de nunca acabar".
Lo ideal, pero muy difícil de hacer, es sembrar entre las nuevas generaciones la cultura de respeto y del cuidado a todo ser viviente.
Sé de antemano que esto es predicar en el desierto, pero pensar positivamente y tratar de inculcarles principios a las nuevas generaciones, es lo único que creo que pueda funcionar, no sólo para ayudar a los perritos, sino para tratar de parar la decadencia existente en la sociedad, principalmente causada por la falta de respeto a los mayores, a las instituciones y la violencia e inseguridad, muchas veces causadas por niños y adolescentes.
Mientras que vivamos pensando de si tenemos nuestra vida medianamente en control y lo demás no importa o si creemos que nuestra basura, nuestras deficiencias o nuestros problemas, incluyendo los perros abandonados, deberán ser solucionados por otros… pensando así no habrá solución y la cosa irá de mal en peor.
Los problemas y deficiencias que cada quien pudiera tener no se solucionan con el sólo hecho de intentar abandonarlos, por eso para el señor que evadió su responsabilidad abandonando el perrito que corrió detrás de él sin alcanzarlo, le sugiero que entrene duro para el maratón de su vida y espero que tenga suficiente condición para cuando le toque su hora, justo en el momento en el que su destino lo alcance.
Y ahora para terminar una gota de filosofía: "Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es tu única opción".