Hace algún tiempo trajeron a la consulta un perro con manchas blancas y negras de tamaño mediano que presentaba varias heridas de consideración en la cara, en el cuello y en la pata delantera derecha con desprendimiento casi total de uno de los dedos.
La persona que lo llevó a curar las heridas, me comentaba que no era suyo, pero “ahí en elmercado (Alianza) todos lo queremos y le damos de comer, y por eso comolo vi cojeando y con sangremeacomedí a traerlo a curar”,me platicaba que un amigo suyo que tenía un negocio a la vuelta de donde estaba él, le contó que el perro tuvo una pelea, que al parecer anda una perra en celo por ahí, que los perros se pelean por ella y al “pinto”, porque así lo conocen todos a ese perro, lo agarraron entre otros tres contendientes y le fue “como en feria”.
Mientras me platicaba esta buena persona yo le administré por vía intravenosa un tranquilizante, para que se fuera relajando y después de quince minutos, empezó a estar relajado y un poco “adormilado” empecé a limpiar las heridas y le dije, “este dedo está casi desprendido, y esmejor amputarlo”, “ni modo me contestó-, lo que sea mejor para el ‘pinto’, si viera que a todos nos caemuy bien, desde muy temprano que llegamos nos recibe ladrandomuy alegre, moviendo la cola y va de un puesto a otro como si quisiera saludarnos a todos”.
Le respondí, “bueno, pues el ‘pinto’ se queda aquí, ya que voy a tener que anestesiarlo totalmente para limpiar las heridas más a fondo y ‘quitarle el dedito’, que tiene casi desprendido.
“Mañana llámeme por teléfono, le digo cómo amaneció el paciente y cuál es el procedimiento a seguir”. ¡Todo salió muy bien!, al otro día el “pinto” despertó y estaba de muy buen humor, al recibir yo la llamada de “su dueño” le dije, podía pasar en la tarde por él. Así fue, por la tarde fueron por él y por un tiempo largo no volví a saber de él.
Meses después recibí una llamada de una persona amante de los perros queme explicaba, que afuera había un perro en la puerta de su casa que se veía muy herido debido a múltiples mordidas, pues se había peleado con otros perros por una perra en celo y quedé de pasar por él, lo convencí de que aunque no fuera de él lo mejor sería esterilizarlo, ya que de todos modos teníamos que dormirlo para hacerle las curaciones, a lo cual accedió y estuvo completamente de acuerdo, ya que así ya no continuaría peleándose por las perras.
Cuál no sería mi sorpresa, pues era el “pinto”, el mismo perro que meses atrás yo le había curado las heridas debido a otro pleito, pero en esta ocasión lo recogí por el rumbo de la Alameda, y la vez anterior lo llevaron de por el rumbo de la Alianza. En esta ocasión el “dueño” del “pinto” me decía, “este perrito viene aquí de cuando en cuando, algunos vecinos y yo le damos agua y comida, ya que es muy amigable con todos los vecinos”.
No cabe duda de que el “pinto” como muchos otros perros, tienen una cadena o más bien una ruta larga llena de amigos, yo le sugerí al dueño actual, que le hiciera el favor completo al “pinto” y lo adoptara, una vez que yo le acabara de hacer las curaciones y lo esterilizara. Lo pensó; después me llamó por teléfono y me dijo, “sí ya lo platiqué con mi esposa y el ‘pinto’ se queda con nosotros”.
De vez en cuando pasaba por ahí, veía al “pinto” y a su dueño quien lo sacaba a pasear con su correa, muy contentos los dos y pienso que ambos salieron ganando un nuevo AMIGO. Y ahora para terminar una gota de filosofía: LA EXCELENCIA NO ES UN ACTO AISLADO, ES UNA ACTIVIDAD PERMANENTE. -ARISTÓTELES-