La tolerancia que la sociedad mexicana por la ausencia de legisladores desleales a sus obligaciones de ser contrapartes de los abusos metaconstitucionales del ejecutivo es la que a lo largo los años ha acumulado el saldo de desigualdad. La clase política se dedicó, no a crear una sociedad pujante unida en lo económico y cultural sino a perpetuarse en el poder para disfrutar de sus ilimitados privilegios.
La administración del señor licenciado López Obrador insiste en continuar en el siguiente sexenio en su obsesivo programa de la Cuarta Transformación. Todo su esfuerzo se ha dirigido a desmontar las estructuras de los regímenes neoliberales que acusa de haber hundido al pueblo en la miseria sin porvenir. Así la próxima administración nos llevará a una etapa más en la dirección de una sociedad que nos nivela a todos.
Lo lamentable de su noble programa es escoger un sistema semi socialista de gobierno que no promueve prosperidad y vida digna sino pobreza y sumisión a un esquema de dictadura personal. Tras cinco años de imposición AMLO nos deja un país en confusa división, desprestigio internacional, centro de siniestras corrupciones adosadas de tasas de homicidios más altas del mundo.
Arraigado en la total concentración de poder en el presidente. Todo el sexenio ha sido denunciado por su equivocada estrategia de implacada divisón . pero doscientos años de tradición liberal más la de un priismo "revolucionario" no se dejan vencer con sólo un ensayo tan palpablemente ineficiente como el de la 4 T que entregó a todos los sectores, sin excepción, un estado de violencia y corrupción jamás conocido. La SCJN ha comenzado a detener la estrategia anticonstitucional consistente en debilitar instrumentos de la democracia que la organizada voluntad ciudadana hace treinta años logró instaurar. Los señores Ministros han de seguir su tarea de enmendar los daños que AMLO sistemáticamente infligió a las instituciones e indispensables servicios sociales populares.
Toca ahora enfrentarnos a una crucial elección presidencial en junio del 2024. Muchos de los noventaitantos millones de ciudadanos empadronados esperan que se dé una importante reacción a la intención de AMLO de perpetuar su régimen.
El proceso electoral comenzó diferente con las renuncias anticipadas y eventos que desbaratarán el calendario constitucional. Las campañas de las corcholatas distraerán la atención pública del avance en los proyectos prioritarios de AMLO que se financian con recursos tomados de recónditas e inesperadas fuentes.
Hay signos que AMLO quiere hacer valer. La estabilidad economía y racionalidad financiera, mediante el aprovechamiento de fondos y fideicometidos, aumento de remesas de compatriotas y recaudaciones extraordinarias que lo han salvado de crisis presupuestales hábilmente esquivados. Nada asegura, empero, el respaldo para los indispensables repartos sociales o presupuestos de obra pública inflados. Las inversiones extranjeras seguirán alimentándose no de inversión nueva sino de reinversiones a veces solo de papel.
La salud económica del país es problemática en tiempos de inflación. Las cuentas deficitarias del comercio exterior y , las fluctuaciones cambiarias se relacionan das con el mercado norteamericano que absorbe 90% de nuestras exportaciones. El valor del Peso mexicano determina la competitividad internacional de nuestra producción y la suerte comercial de muchos artículos y el ritmo de creación de empleos formales vía PYMES cuya fuerza influye en nuestra dependencia de inversiones de grandes consorcios internacionales que no tienen lealtades nacionales. Los diferendos con los socios T MEC hacen que la mancuerna empresariado, alto y bajo, con el gobierno sea fluida.
En semejantes escenarios México requiere que la actividad de los políticos sea monitoreada por el sector empresarial a fin de contener articular sus efectos en términos de los intereses nacionales. La vigilancia es indispensable para evitar situaciones inaceptables. Si el comportamiento de los políticos han de ceñirse a las normas constitucionales y a los intereses superiores de la Nación la constante evaluación de todos los sectores sociales, laborales y económicos tiene que servir también de referencia desde el punto de vista de la sociedad.
En este sentido México requiere empresarios firmemente nacionalistas que operen en un ambiente de respeto a los derechos y conscientes de coordinarse con las funciones del Estado. La legitimidad democrática a través de elecciones vigorosas que aseguren autoridades legítimas es central para la seguridad y tranquilidad de todos los actores sin excepción. La importancia de asegurar lo anterior depende de la participación en los próximos comicios de todos los empadronados, para que de ellos surja con un gobierno respetado y confiable encabezado por una figura presidencial que unifique los esfuerzos nacionales. Complemento de lo anterior, la actuación política y empresarial frente a las trasnacionales es de inevitable trascendencia. Esas entidades toman recursos naturales, humanos y de conveniencias de ubicación sin distinguir origen, para integrar sus equipos de trabajo exclusivamente motivados en propósito de lucro. El empresariado debe asociarse con ellas sin perder ni su identidad ni valores mexicanos. Se verá pues que la patriotic articulación de los políticos supone la que corresponde al empresariado. Nuestro país es un todo indivisible: el sector militar también está obligado: su función es proteger, no matar a inocentes.
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