Sharon Olds tiene ahora 80 años de edad y luce unas trenzas que dan otra forma a su cabellera lacia y plateada.
La poeta sonrío. El rey de España, Felipe VI, le entregó el I Premio Internacional de Poesía Joan Margarit a Sharon Olds (San Francisco, 1942), en una ceremonia realizada la noche del pasado jueves en el Instituto Cervantes de Nueva York.
Sharon Olds tiene ahora 80 años de edad y luce unas trenzas que dan otra forma a su cabellera lacia y plateada. Para subir al escenario ha dejado el bastón en el que se apoya al andar. Da unos pasos, algo tímida, se acerca el rey y recibe el premio, un libro objeto diseñado por la artista española Cristina Almodóvar.
“Cuando supe que me habían otorgado este reconocimiento fue como si recibiera un regalo del cielo”, expresó la poeta tras recibir el premio.
Disculpándose por su acento californiano “al alentar las artes”, aseguró que estas aún pueden salvar la Tierra y a los humanos mismos.
El jurado del premio estuvo integrado por Luis García Montero; director del Instituto Cervantes; Javier Santiso, fundador de la editorial Cama Sol; Mónica Margarit, hija del poeta catalán Joan Margarit; Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional de España; así como el Nuccio Ordine, filósofo italiano ganador del Premio Princesa de Asturias de Comunicaciones y Humanidades, quien falleció en junio pasado.
Respecto a sus estudios, Olds se graduó en la Universidad de Stanford y realizó su doctorado en la Universidad de Columbia. A pesar de su edad, la poeta mantiene las fuerzas necesarias para dar clases de escritura creativa en la Universidad de Nueva York.
Crecer en San Francisco la llevó a ser una “calvinista maldita”. Su poesía es personal, mordaz, donde la vida familiar convive con los acontecimientos que sacuden al mundo. Si un poema le emociona, significa que está vivo. Además de poeta, se considera artista. La misión en cada verso le reta a exprimir la verdad de sí misma, darla a luz, sacarla por la ventana a través del lenguaje. Siempre se ha considerado con una mujer con suerte; tuvo acceso a la educación y el tiempo libre necesario para soñar y escribir.
Para indagar en su obra hay que acudir a libros como Stag’s leap (2012), donde explora detalles de su divorcio (sucedido quince años antes de su publicación) y por el cual obtuvo condecoraciones como el Premio Pulitzer 2013, el National Book Critics Circle Award y el Premio T. S. Eliot.
Desde el primero de sus 17 poemas, titulado “While He Told Me”, se muestra el dolor al darse cuenta de que su matrimonio de 30 años había terminado. En él aborda su matrimonio como su cuerpo, por lo cual se expresa en una especie de muerte.
En ese libro, los primeros versos del poema que da nombre a la publicación dan panorama de lo vivido por la poeta: “En ese instante / la ilustración en la etiqueta de nuestro tinto preferido / se asemeja a mi esposo, lanzándose hacia el precipicio / en su fervor por liberarse de mí”.
Pero quizá su raíz más profunda puede leerse en Satan says (1980) y ramificarse en el resto de su repertorio: The One Girl at the Boys’ Party (1983), The Dead and The Living (1984), The Gold Cell (1987), The Father (1992), The Wellspring (1996), Blood, Tin, Straw (1999), The Unswept Room (2002) y la antología Strike Sparlks (2004).
Es considerada un referente de la poesía norteamericana debido la naturaleza de su escritura que renuncia al conformismo y se agita en lo genuino.
En 2005, la entonces primera dama de Estados Unidos, Laura Bush, invitó a Sharon Olds al Festival Internacional del Libro en Washington. Ante la situación política y la reciente invasión a Irak por parte de los norteamericanos, Olds respondió tagante a Laura en una carta publicada el 10 de octubre de ese mismo año:
“Muchísimos estadounidenses que sintieron orgullo por nuestro país, ahora sienten angustia y vergüenza, por este régimen vigente de sangre, heridas y fuego. Pienso en el lino limpio de tu mesa, los cuchillos brillantes y las llamas de las velas, y no puedo digerirlo”.