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Las palabras tienen la palabra

El norte no es el sur

JUAN RECAREDO.-

Teniendo en cuenta que fueron muy diversas las culturas aborígenes que poblaban nuestro territorio mexicano antes de la llegada de los españoles, es fácil entender que de una región a otra el lenguaje cambia totalmente. El hecho es que los norteños tenemos palabras que los yucatecos no entienden y hay dichos veracruzanos que a nosotros nos causan mucha risa.

En el norte, específicamente en el noreste de México -Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas-, tenemos vocablos que los chihuahuenses, aun siendo también norteños, no entienden y viceversa. Son palabras y también aplicaciones de palabras que en otras partes no se usan así.

Por ejemplo, en México un volado es la acción de lanzar una moneda al aire para ver de que lado cae y así definir una apuesta: "¿A qué le vas, águila o sol?", pregunta uno, porque ya ve usted que todas las monedas mexicanas por un lado tienen el escudo nacional que es un águila devorando una serpiente. Cuando uno "pide águila" se lanza la moneda y si cae por ese lado, gana. Eso es un volado.

En los juegos de futbol, con un volado se decide en qué parte de la cancha va a empezar participando cada equipo. El que gana el volado escoge el lado de acá o el de allá.

Pero también se le dice volado o volada a un niño o niña que se comporta caprichoso y necio. El chamaco se tira al suelo lloriqueando y la mamá le dice, ya párate, volado… ¿por qué eres tan volado? También puede ser que le diga ya párate, chiflado porque en este contexto chiflado y volado actúan como sinónimos.

Es curioso porque chiflado es participio pasivo del verbo chiflar que oiginalmente es silbar con la chifla -que es un silbato- y en otras latitudes, chiflado es un tipo al que "le patina el coco", es decir, que tiene algo perturbada la razón. Bueno, pues en mi tierra, chiflarse se refiere a esa actitud exagerada, caprichosa y necia que se da no solamente en los niños, también he visto señoras que se quejan de que su marido, nada más ve una muchacha bonita y "se chifla" para llamar la atención.

A los niños que se chiflan en algunas otras regiones del país les dicen "chiquiones" porque se "chiquean", o sea que se portan como si fueran niños chiquitos. Ya lo dijo alguna vez Chava Flores en su canción el Gato viudo, quien confiesa: "ahora me dicen gato viudo porque una gata pudo quitarme lo chiquión".

Chipil le decían los aztecas -y así viene en el Diccionario de mexicanismos- al niño que se mostraba desganado y molesto porque su mamá está embarazada y al chamaco le afecta la llegada del nuevo hermanito porque siente que le va a quitar parte del cariño materno.

De acuerdo con todo lo expuesto anteriormente, una chifladura es una locura, un chiflón es una corriente de aire y una chifleta es una expresión burlesca y cuando alguien se propasa en sus acciones puede suceder que alguien le diga "no la chifles, que es cantada…"

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

donjuanrecaredo@gmail.com Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Anita Villaseñor: ¿Qué es una clamide? Escuché esa palabra que no conozco.

LE RESPONDO: Se escribe "clámide", palabra esdrújula. La clámide era una capa corta que usaban griegos y romanos, principalmente para montar a caballo.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Más vale un "toma" que cien "te daré".

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