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Las palabras tienen la palabra

Tengo un gran sueño

JUAN RECAREDO.-

"Lucha por alcanzar tus sueños" es una frase utilizada hasta el cansancio para motivarnos a actuar y perseguir aquello que queremos lograr. Se supone que nos imaginamos algo, es decir, lo soñamos, y que, si seguimos adelante en el camino -¿cuál?, no sé- obtendremos lo que queremos.

Ahí tiene usted el "sueño americano", que puede referirse a muchas cosas: poder comprar una buena casa, un carro, etc. pero concretamente, se refiere a obtener lo que poseen los estadounidenses… bueno, eso dicen ellos. Esto es: democracia, la oportunidad de tener éxito, un trabajo digno y bien remunerado, igualdad, derechos… cosas que, para ser honestos, ni en sueños tienen todos.

Siguiendo con los sueños, el diccionario de la Real Academia Española es mucho más realista y matailusiones, ya que entre sus significados de "sueño" está el de "cosa que carece de realidad y fundamento; proyecto, deseo o esperanza sin probabilidad de realizarse". O sea que para la Academia, los sueños no se pueden realizar. ¡Pues qué triste! Dura lección, o como dirían los jóvenes: reality check o la "verificación de la realidad".

"Yo tengo un sueño de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: 'creemos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres son creados iguales'", lo dijo en su conocidísimo e importante discurso Martin Luther King, uno de los activistas y líder de los derechos civiles más importantes del mundo. Y no es por distorsionar el mensaje de este gran personaje, pero yo también, cuando me levanto temprano… ¡tengo un sueño!

Porque eso es principalmente el sueño: el acto de dormir o las ganas de hacerlo. Cuando traemos sueño decimos que estamos somnolientos… ¿o soñolientos? ¿Cuál es la palabra correcta? Ah bueno, pues le digo que ambas son válidas.

Somnoliento y soñoliento se refieren a alguien que tiene sueño, que se está durmiendo, que ya anda cabeceando como "avioncito", y ambas palabras nacen con la misma raíz latina somnus, que significa eso, sueño, y que nos dio una cantidad extensa de palabras que usamos hoy, como: insomnio (falta de sueño), somnílocuo (el que habla cuando duerme), ensueño (fantasía) y muchas otras.

Hay gente que, por más que lo intentemos, no somos buenos para levantarnos temprano; yo, cuando tengo que hacerlo, ando todo el día durmiéndome. No soy el único, lo dice Jorge Luis Borges en su poema El Sueño: Si el sueño fuera -como dicen-, un puro reposo de la mente, ¿por qué, si te despiertan bruscamente, sientes que te han robado una fortuna? ¿Por qué es tan triste madrugar? La hora nos despoja de un don inconcebible, tan íntimo que solo es traducible en un sopor que la vigilia dora.

Con ese pensamiento lo dejo por ahora, mi querido lector, y me retiro para echarme un "sueñito", o como decimos muy mexicanamente: un "coyotito".

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

donjuanrecaredo@gmail.com Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Lorenzo Garza: ¿Qué es el sopor? ¿No tiene que ver con el olor de una persona?

LE RESPONDO: No, para nada. El sopor no es olor, sino el adormecimiento o somnolencia, tener sueño.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Me gusta tanto estar en mi cama que creo que en mi otra vida fui un colchón.

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