En los juegos del pasado fin de semana (viernes 5, sábado 6 y domingo 7 de mayo), que los Algodoneros de Unión Laguna sostuvieron en el estadio de la Revolución frente a Saraperos de Saltillo, la afición lagunera al deporte rey tuvo la oportunidad de apreciar y comparar, haya sido de manera presencial o bien por las transmisiones en vivo de radio o de televisión, los dos más caracterizados tipos de beisbol, dentro de la tipología de este deporte.
Uno de ellos tiene como elementos más sobresalientes los siguientes: ambos equipos anotan pocas carreras, se batean por lo general no muchos imparables y los encuentros devienen en auténticos duelos de pitcheo.
Por lo cerrado de este tipo de juegos, en los que ningún equipo está en disposición de perder, o dejarse ganar así nomás, que es lo mismo, suele ocurrir que por ello se ven espectaculares lances a la defensiva: formidables atrapadas, jugadas de doble play relampagueantes, grandes y precisos tiros a home desde la profundidad de los jardines y muchos otros como bien conoce y ha vivido el buen aficionado.
También desde luego del lado de la ofensiva: magistrales toques de pelota para hacer avanzar al corredor, audaz (agresivo, le dicen) corrido de bases, sensacionales robos de home, y así otras jugadas susceptibles de intentarse y que muchas veces cuajan.
El juego del viernes fue de ese tipo. El score final de 3 carreras a 2 a favor de Saraperos así lo indica. Con un importante dato adicional: los visitantes fueron perdiendo el juego a lo largo de las primeras ocho entradas y lo terminaron ganando en el noveno inning. Es decir, un desenlace inesperado, en cuanto a que contradijo lo que parecía iba a ser el resultado final del encuentro.
Dramatismo y torrente de emociones hacia la conclusión de lo que fue sin duda un tremendo choque de pelota. Naturalmente de tristeza para el conjunto derrotado y de alegría desbordante para el triunfador y sus seguidores.
El otro tipo de beisbol lo vimos en el juego del sábado: abultado carreraje por parte de una o ambas escuadras, muchos batazos, regadera de hits, incluidos varios jonrones, y por momentos o de plano a lo largo del juego enorme diferencia entre las anotaciones acumuladas por uno de los equipos en comparación con las que el otro llevaba, al punto de que para algunos el juego empezó a perder interés.
En efecto, el score del encuentro del sábado, ganado por UL, fue de 12 carreras a 11, para sumar 23 anotaciones. En total se batearon 30 hits, 16 por Saltillo y 14 por Laguna; el equipo de la Comarca conectó menos imparables, pero la diferencia estuvo en los cuadrangulares bateados por los de casa, que fueron tres, entre estos un grand slam de Jonathan Villar, y a continuación otro HR de Nick Torres, "espalda con espalda", como se suele decir, y un tercero salido del bate de Didi Gregorius, bueno para producir tres anotaciones. Es decir, feria de batazos.
Lo interesante del juego del sábado estuvo en que fue hasta su final, como sucedió el día anterior, cuando se presentó su desenlace, en esta ocasión favorable a UL, que dejó tendidos en el terreno a los Saraperos gracias a un dramático "hit golondrino" de Allen Córdoba en la novena entrada. A este desenlace, que solo se puede presentar cuando gana el equipo local, le llaman walk off.Ambos tipos de beisbol tienen sus partidarios. Unos nos inclinamos más por los duelos de pitcheo, y otros por los duelos de batazos y alto carreraje, porque en gustos se rompen géneros.
